martes, 26 de mayo de 2009

Café Gijón en abril.-




Abril, se ha metido en Madrid, como un elefante en una cacharrería. Ha levantado la falda de todas las muchachas. Ha roto el paraguas del señor Julián que ha blasfemado en el nombre de todos los dioses. Los barrenderos andan de aquí para allá recogiendo restos de hojas y papeles de todos los colores.


-Me cago en to. Este puto abril, con más agua de la que necesitamos, y con más viento del que puedo soportar. Y encima, me jode el paraguas este de mierda. Andrés si ya te lo decía yo, por tres euros sólo te venden humo. Ahora vas a reclamar al ministerio del aire.


En este abril, soliviantado, con viento, granizo y sol. Todo mezclado en uno. El café Gijón sigue siendo un refugio para soñar por unos instantes.


Dos camareros en la barra de una hora mágica de media mañana, el local no está repleto, ni demasiado ruído ni un silencio incómodo. Cuchichean de sus cosas, como si nadie pudiera escucharles.


- Mira Pablo, élla espera a su amante...ves???. Fíjate cómo mueve las piernas inquietas, lo ves por debajo de la mesa?. No puede parar. No acaricia la taza, no mueve el café, no centra su mirada en nada, ni en nadie.


- Pues no sé, yo no veo tantas cosas. Van a ser imaginaciones suyas señor Andres.


- Pablo, tienes que fijarte, aquí, en este café centenario pasan muchas cosas. Pero hay que saber mirar.


En el local entra un tipo cualquiera, ni alto ni bajo, un tipo que bien podría pasar invisible entre cientos de gentes. Ni mal vestido, ni luce marcas. Los camareros sin prestarle demasiada atención esperan a ver dónde se sienta. El Gijón apenas tiene cuatro mesas ocupadas.


Se dirije a la mesa de la chica solitaria, e inquieta. Una mujer de una belleza especial. Unos rasgos sutiles, de líneas delicadas, entre la timidez infinita y la sensualidad contenida. Élla lo descubre y todo su cuerpo se recompone.


- Mira Pablo. Esperaba a ese pájaro. No me lo puedo creer. Cuántas mañanas se tira los ratos muertos, escribiendo sobre todo el papel que se le pone por delante. Uno de esos bohemios que no se comen una rosca. Y para compensar no dejan de escribir versos en cualquier sitio.


- Usted qué sabrá señor Andrés, igual es un fiera con las mujeres.


- Ya. Igual que tú. Anda fiera, dale un momento y después te acercas a preguntarle " qué va a tomar el señor".


El se acerca con las gafas de sol puestas, poco a poco, como si quisiera ir observándola a cada metro que avanza. Se detiene y parece como si disfrutara de esa imagen de una mujer que espera, atenta, deseosa del encuentro. Al llegar a la mesa la atrapa las manos, inmóviles. Sin hablar, sin dejarse de mirar. El la besa aún depié y sin pedir nada pasan un buen rato, sin hablar, sin soltarse las manos, sin hablar.


Cuando Pablo se acerca a preguntar que va a tomar él. Ella susurra que café solo también. El mete una de sus manos en un bolsillo y saca una vieja pluma estilográfica. Toma una servilleta y comienza escribir como si nadie le estuviera mirando. Pero Pablo que tiene buena vista empieza a leer las primeras palabras y no puede dejar de mirar. Ella garraspea delicadamente y se disculpa y se aleja. Apenas ha entendido nada, pero le ha parecido algo muy bello.


" en el centro de universo ha nacido un sólo verso

repleto de sueños invisibles que danzan como ángeles y vírgenes

muchacha de ojos de luna el camino se hará largo y lento

entre tus besos y el universo sólo necesitaré más tinta y más papel..."


Cuando Pablo llega a la barra, antes de que diga nada.


- Ves Pablo. En este lugar la poesía, las musas, la belleza y el sexo están por todos los rincones.


- Tonterías, ponme uno solo.


Al poco tiempo el local se va llenando, los camareros al tajo. Ellos, en la mesa del fondo se devoran con las miradas. Pagan y salen sin prisas. Sin saber si volverán de nuevo.


- Gracias Amaya, eres mi mejor y mi más fiel amiga. Sin duda también de las más bellas. Llevo tiempo dándole vueltas a esta escena. Gracias por fingir ser mi amante. Hubo un momento en que comprendí que ya habían picado los camareros, casi se me escapa una gran carcajada. Has estado enorme. Una actuación perfecta.


- Tonto, sabes que puedes contar con migo para tus locuras. Por cierto sigues sin querer vivir con ninguna de tus musas?...


- Y tú sigues viviendo con tu arquitecto preferido?...Tenemos que cenar una noche de esta juntos...


- Siempre acabas diciéendome lo mismo, pero después pasan los meses hasta que nos volvemos a ver.


- Lo sé Amaya. Pero eso no importa. Siempre acabamos volviéndonos a ver. Como si hubiera sido ayer.


Abril y Madrid se han fundido en uno. Ellos bajan por la Castellana, hacia el retiro. No les preocupa que el agua les moje. Las gentes corren para refugiarse en los portales. Ellos rién por la última de las travesuras. El tiempo ahora no tiene esfera ni minutos. No suena tic-tac, el agua corre y salpica todos los recuerdos que ambos guardan en algún lugar de su corazón.



Posdata: en abril nacen sueños entre el agua que corre hacia el manzanares para refugiarse lejos del asfalto y cemento...


El vecino del 4º


Una pequeño cuento dedicado a una mujer que sigue abriendo los ojos , tanto como puede, cada vez que lee un verso o una historia que la transporta al otro lado del universo...

9 comentarios:

Amaya Martín dijo...

..si hay algo que no es usted, querido Vecino,..es un tipo cualquiera..Bajo la ropa indefinida camina un poeta, un soñador, un escritor brillante, un soldado de la libertad, un corazón gigante, mar y cielo de ternura..

..no hay ropa que esconda eso..ni camarero lo suficientemente ciego para no verlo..

Mi querido amigo, de hoy y siempre.., insisto en que lo prefiero "irlandés"...y con nata

Gab dijo...

Le beso los pies, las manos.. me deleito con sus exquisitas palabras llenas de magia y pasión. Cómo me gusta visitarle, es simplemente un instante maravilloso, ya hasta sonando cursi.

Feo eso.

Le he dicho que escribe super Fantabuloso? No? Pues ya lo sabe.

Besos, Abrazos, Sonrisas y Guiños.

El vecino del 4º dijo...

Amaya, Lady K. me dejan sin palabras... qué otra cosa puedo decir que gracias...este rincón permanece vivo y activado precisamente por gentes como ustedes que tienen la capacidad de soñar...no dejen de buscar entre las palabras la belleza y la utopia...es posible siempre llegar más allá...

besos-besos desde el otro lado de la ventana, siempre desde el otro lado de la luna...

el vecino del 4º

misántropo dijo...

Eres un cachoperro
esto es competencia desleal
con esa pluma genial
algunos sólo rozamos el suelo.

El vecino del 4º dijo...

guauuuuuuu...guauuu...

qué otra cosa puedo decirte???...
con ese peazo de hueso que me lanzasssss...grrrrsss...guau...


el vecino del 4º

graciasssssss...

maria dijo...

quiero vivir cerca del cafe gijon

El vecino del 4º dijo...

bien, Aicha, yo tb... ahorremos...sin prisas, mientras tanto también es posible vivir en el mísmisimo café Gijón desde cualquier otro lugar...
por ejemplo desde mi 4º

el vecino del 4º

posdata: sin fronteras, sin espacios definidos, nómadas y libres...así tb es posible vivir...
creo...

Prometeo. dijo...

Tocas un vena sensible en mi como es este cafe tan lleno de la histoira viva de la capital. Alguna vez voy al cafe a tomarme el cafelito y dejar pasar el tiempo, incluso escribir algo, ver los viejales que entran y salen con el aplomo de sus muchoa ñaso, algun actor de los de antes, algun novelista de los de ahor...un abarzo y cuidado con el rellano de la escalera que la han baldeado.

El vecino del 4º dijo...

un saludo Prometeo, si quieres podemos quedar un día cualquiera y tomar un café en ese mismo café...

saludos-saludos...
tu vecino del 4º