lunes, 23 de enero de 2012

fantasia a Doc...


Siempre tuvo una fantasía que le rondó durante años. Hacer el amor en la consulta con una doctora recién llegada a su centro de Salud. No podía evitarlo, es como cuando tienes un sueño recurrente y no te lo quitas de encima en toda tu vida. El, cada vez que tenía que pedir cita por una enfermedad, o una revisión, iba con una ligera sonrisa hacia la cita médica. Esta vez, podría ser, igual han trasladado a mi Doc, igual está enfermo y envían una sustituta. Una loba insaciable. Sus elucubraciones siempre iban más allá.
Aquel día al entrar, para una revisión rutinaria de la tensión encontró una médica nueva, joven, exhuberante, con una mirada penetrante que radiografía cada gesto, cada movimiento. El quedó paralizado, en todos los sentidos. Bajo su bata blanca, impoluta se adivinaba un cuerpo más que perfecto, una mezcla de fuego y hormonas en ebullición incandescente.
-Buenas tardes Doctora, venía a...
- Desnúdese. Completamente. No hay tiempo que perder...
No mediaron más palabras. Cuando se le acercó mientras, torpemente se desnudaba le comenzó a subir la tensión, seguía sin articular palabra. Helado. Al mostrarse como vino al mundo, la Doctora dibujó una mueca ligera y a quemarropa dijo.
-Eso es todo???-mientras fijaba su mirada entre las piernas del paciente-.
Atragantado, apenas pudo articular...
- Bueno Doctora, a esto hay que darle una vueltecica...
- Una vueltecica????...crees que esto es un reloj o qué????...
No pudo recordar nada más, le dió una subida de tensión tal que perdió el conocimiento. Al despertarse, la Doctora le contó que tuvo que reanimarle con un boca a boca improvisado pues en el Centro el desfibrilador aún no funcionaba.
- Gracias Doctora, me ha salvado la vida...por cierto quién me ha vestido???...
- No se desnudó, no recuerda nada???...el desvanecimiento igual le ha afectado temporalmente a la memoria. No parece grave...espere fuera una media hora, y más tarde le vuelvo a ver...
Aquella media hora fue la más larga jamás vivida, como siempre su imaginación llegó más allá de los siete mares, mucho más allá de la última de las galaxias...siempre más de lo deseable.
El vecino del 4º
posdata: de lo real a lo imaginado no hay espacio, a veces...no hay ni tiempo...

lunes, 9 de enero de 2012

Rastros...


Sus labios y sus manos han dejado un rastro de huellas por todos sitios en mi vieja guarida. Sobre la mesa de cristal de la entrada. Sobre la copa de vino, sobre la del caba, sobre la cubertería de plata de la abuela. Sobre la taza de café sólo sin azucar. Sobre el equipo de música. Sobre la ventana, en la que dibujó un flor y una cara de niña traviesa. Sobre el espejo del baño. Sobre la vieja pluma del abuelo. Aquella que cuenta que se la regaló una amante a la que nadie jamás descubrió.
Ha dejado huellas para el resto del mes, tal vez para el resto de mi vida. Sobre cada una de ellas buscaré uno de sus secretos. Sobre cada una de ellas enterraré uno de mis inconfesables deseos.
En la próxima cita, si es que me llama, me avalanzaré sobre ella antes de que cruce el umbral.
En la próxima cita no habrá rosas, ni música de Hendel, ni incienso indú. Ni leeré poemas improvisados para la ocasión. Ni tampoco arroz integral con miel y arándanos. Sólo sexo y algo de blus.
Si, ha dejado huellas por toda la casa, incluso en mi mente. También me ha dejado unas ganas inmensas, infinitas, indescriptibles de volver a verla.
vecino del 4º
posdata: si supieramos siempre como acertar no habría medallas de oro para todos...sería, también, aburrido...