martes, 28 de abril de 2009

Curriculum Vitae.-





El traje me está apretando, el pecho, la entrepierna y hasta el alma. La corbata me axfisia pero debo procurar que no se note nada. Aún me quedan unos meses de paro, pero ya es hora de volver a trabajar.

- Nombre.
- La verdad es que nunca me ha gustado mi nombre. Siempre me han dicho que en entrevistas laborales pase por alto este detalle. Pero le seré sincero, prefiero que no me haga pronunciar el mío.
- Edad.
- Tengo casi 50, soy así de impreciso siempre.
- Experiencia laboral.
- Toda la del mundo, he trabajo desde los 14 años, aunque mi estatus me permitiera no hacerlo. Mi curriculum debe ser el más grande de todos los que nos presentamos. No soy partidario de estar fijo, voy cambiando de empresa casi cada dos años. Ahora creo que quiero sentar la cabeza.
- ...
- Su silencio, y esa sonrrisa, si me lo permite, Señora, me da a entender que aún sigo en la lista de los posibles para el puesto.
- ???...
- Creáme... soy el mejor...no sé si en esta empresa duraré más que en otras, pero de mi trabajo no tendrán quejas. Posiblemente de mis costumbres, mis rarezas y demás cuestiones si. Ya se lo aviso yo.
- Muy bien, algo más que quiera resaltar en la entrevista señor.
- Si, recuerdele a su jefe, que por fín he venido a la entrevista, sabe?...es mi mejor amigo desde la infancia, en realidad es el único que aún tengo. Aceptaré este trabajo sobre todo por él, pero que no se vaya a creer que comprará mi voluntad. Trasladele mis saludos y dígale que la próxima partida de golf, también la ganaré yo. Gracias por todo. Ahora me tengo que ir. Cuando esté listo mi contrato me pasaré a firmarlo. Chao.
- ???...

Estoy deseando llegar a casa para quitarme el puto traje, me daré un buen baño, haré unas llamadas y tal vez de una cabezada antes de la comida. Qué asco de vida...todo esto me estresa...


posdata: también a los ricos la crisis les afecta...qué pena...

lunes, 20 de abril de 2009

Diálogos sin límites.-




Son las tres y diecisiete minutos de la tarde. El silencio corta el aire cargado en la sala de espera del Centro de Salud. Sólo hay dos individuos que intentan no mirarse de frente, aunque no pueden evitar cruzar las miradas de vez en cuando.

- Oiga usted...
- A mí no me des el tratamiento trasnochado de usted.
- Bien oye, tú...
- Que sepas, que si empezamos a faltarnos el respeto, mal vamos.
- En qué quedamos pues?...
- Yo quedo con quién me parece. No tengo por qué darte tantas explicaciones.
- Es usted un impertinente.
- Pero vamos a ver... a tí...cuántas veces hay que decirte las cosas???. No te dije que me tutearas???...
- Eres imposible. Abandono.
- No hay nada imposible. Si tu te vas, es cosa tuya. Entro yo y que el doctor me de la baja ya. Lo demás me importa poco.
- ...
- Ves???...intentas dialogar con la gente y no aguanta nada...Es lo que digo yo...dialogar es difícil, no todo el mundo está preparado...


el vecino del 4º

posdata: la misma esencia de la mejor de las democracias, está en la capacidad para desarrollar el diálogo y que este produzca acuerdos...que nos beneficien a todos... a veces es pura especulación teórica...en fin...habrá que seguir intentándolo...no???...

miércoles, 15 de abril de 2009

cargo nuevo.-






Tosió una vez, dos. Varias más, cada vez más seguidas, cada vez más en alto...Comenzó a ponerse rojo.


Se escuchó una voz desde el fondo.


-Rápido es un 3-47. Casi con seguridad. Avisad a la ambulancia. Que revisen las cintas de las cámaras. Alguien se nos ha colado. Como pase algo se os va a caer el pelo a todos. El primero seré yo, pero vosotros no volveis a trabajar en esto, seguro.


La habitación se llenó de gentes del servicio de seguridad, revisando rincones, el télefono de la mesa, bajo las alfombras. Retiraron la bandeja con el agua, el café y las pastas.


- Alguien le ha tratado de envenenar.


El ministro, asombrado reaccionó a tiempo.


- Disculpen, no ha sido nada, llevo tan poco tiempo en el cargo que se me olvidó contarles que soy alérgico. Sólo son unas toses de nada. Aún no había bebido nada, ni si quiera agua. Por cierto, esta mañana nadie ha entrado aún en mi despacho. Os pido disculpas.


Se cruzaron miradas de reojo entre los de seguridad, el jefe discretamente les ordenó paralizar la busqueda y que se retiraran.


- Que pase un buen día Sr. Ministro. Disculpe las molestias. Es nuestro trabajo.

- No por dios. Soy yo el que debe pedir perdón. Sigan con sus cosas. Gracias por todo. Me encuentro bien.


Al cerrar la puerta del despacho del ministro, entre dientes, el jefe de seguridad dijo en voz baja.


-Novatos de mierda, este dura en el cargo menos que el anterior.



Al día siguiente, en las noticias, cuando se anunció la muerte del ministro, no sabían qué había ocurrido. Se abriría una comisión de investigación, tal vez la autopsia diera señales sobre la muerte. Ensalzaron su figura, su recorrido político, todos hablaron bien de él, incluso la oposición que nunca habla bien de nadie. El ministro con menos tiempo con la cartera, cuentan que ni llegó a abrirla. Cosas que pasan.


El vecino del 4º


posdata: lo inexplicable no da para más explicaciones...