viernes, 31 de diciembre de 2010

fin de año...fin de fiesta y traca final...en fin...



En la pantalla de plasma, última generación, mil colores, sonido cuadribanda y envolvente por demás. Un señor de plástico, con una sonrisa cautivadora, pegado a una jamelga de más de uno ochenta, noventa, noventa, noventa. La aprieta con deseos más que lascivos y entre ensueños sexuales de nuevo milenio empezado, mira a los espectadores y les dice unas palabras con una naturalidad pétrea y mercantil.


- Ha sido un año intenso, un año duro, un año en el que el sistema se ha puesto a prueba. No ha sido el mejor año de nuestras vidas, pero lo hemos superado, hemos podido con él. La crisis, esas personas que lo han pasado tan mal, el mundial, los exitos en el deporte...en fin... Un año que no olvidaremos nunca. Pero en estos momentos lo que nos reune aquí son estas uvas, este excepcional cava. Las campanas van a sonar y el sonido llegará a nuestros corazones que desearán con más fuerza que nunca que mañana sea un nuevo día. Brindemos con el mejor cava del mundo, miren debajo detrás de las burbujas. No olviden estar atentos al primer mensaje publicitario de este nuevo año que va a comenzar...NO se líen con el reloj y las campanadas...El próximo año, ya está aquí, amigos y amigas, cuando se coman todas las uvas, cierren los ojos y deseen lo que más quieran, sin duda todos sus sueños se cumplirán...

- Papá qué es la crisis???...es como cuando mamá dice que vosotros también estais en crisis. Todo lo que sueño lo tendré el próximo año???...


El papá se atraganta con una uva pelada y sin huesos, tose y entre dientes dice algo que a mamá no le gusta. Ella arquea las cejas, se asegura que el rimel sigue en perfecto estado y en el televisor se escuchan las campanadas.
Un nuevo mundo nace ante los ojos de una familia feliz que tiene sueños infinitos, que vive en una casa de cristal con euros en todos los cajones, amantes en todas las esquinas y sueños hasta debajo de la moqueta. Guardan todos sus secretos junto a sus mentiras en el joyero. Viven y brindan pues, en un mundo perfecto en unos cientos de metros cuadrados.
La vida mientras tanto continúa. Mañana ya es hoy, como ayer. Los mismos rincones podridos en nuestras almas de alfileres se encojen cuando miramos hacia un horizonte incierto, en una ciudad que parece que va a ser devorada por máquinas que corren, con prisas enloquecidas, para limpiar lo más rápido posible un leve sueño pasajero de campanadas fantasmas y repetitivas.-



el vecino del 4º


posdata: sueñen mientras puedan, yo creo que me dedicaré a dibujar poemas, inconfesables, sobre el ombligo de alguna musa... y si quieren, también les puedo contar infinitos cuentos de miel y besos de azúcar con final feliz-feliz... en todo caso sueñen pero no se mientan...

viernes, 10 de diciembre de 2010

Festín real...



Cada vez que abría la botella para saciar su sed, la hija menor del monarca, de inmesos ojos azules, como los sueños del Rey Dar, su padre, la estancia se inundaba de un olor a mil rosas, además nacía del fondo del agua del recipiente un infinito ejército de libélulas vestidas como bailarinas del circo ruso. Que danzaban como posesas por toda la estancia. Sin más.

Un pánico irracional o una precavida austucia la retenía en lo más íntimo, de tal manera que no bebía aunque la sed fuera máxima. Dejaba la botella, tapada con un corcho, sobre la ventana, mirando al Sur. En lo alto del castillo aquella estancia apenas era visitada. Aguantaba sus ganas hasta la cena donde, discretamente, procuraba beber lo suficiente hasta el siguiente día.


Un día de abril, el padre visitó a su hija, el sol, las escaleras y la edad en el monarca se acusaron, todas las circunstancias a la vez. Al entrar, resoplando, apenas pudo decir.


- qué bien hija beberé agua, antes de contarte un secreto.


No tuvo tiempo de dar explicaciones a su padre. En unos instantes el olor a rosas se multiplicó, en comparación a otras veces. Las libélulas crecieron más que en otras ocasiones y vieron en aquel monarca el fecundador perfecto. En un abrir y cerrar de ojos, precipitadamente, sin orden ni concierto, muchas copularon con el rey, una de ellas decidió que era hora de devorar la presa. De terminar con la fiesta de sexo y engendro.


Cuando a la princesa le preguntaron, una y mil veces, dónde está el rey. La hija no supo qué contestar.

Cuenta la leyenda que aquel fué el último día en que cerró sus ojos y jamás volvío a abrirlos.


Vecino del 4º


posdata: en las pesadillas anidan miedos ascestrales que se transportan en el tiempo de un lado a otro, a veces sin sentido...

miércoles, 24 de noviembre de 2010

Sin dudarlo...



La pegó por todas partes, sin mirar dónde, sin medir ni controlar las fuerzas. Sin piedad. Sin control. Premeditadamente, con alevosía, con reincidencia. La apaleó con los puños cerrados y cuando notó que tenía alguna molestia cogió una silla, después el bate de beisbol. Finalmente acabó rajándola de arriba abajo y estando ya muerta y bien muerta se entretuvo en seguir pinchandola por todo el cuerpo. Como queriendo desfigurarla hasta que no la conociera nadie.

En su mente no podía resistir que su mujer había fruncido el ceño aquel día. Le había puesto cara de asco y le había dicho alto y claro para colmo.


- Mira Jorge. No. No vas a volver a pegarme. Los niños vendrán pronto, de las clases, a comer. He puesto una denuncia y estoy tramitando los papeles. No creo que me vuelvas a ver. Apártate.


Cuando le detuvieron, se lo llevaron esposado, daba gritos jurando que iba a quitarse la vida. Que se arrepentía, que se había vuelvo loco.

Su hijo le contó todo esto al Juez de Guardia, todo lo que había escuchado y los detalles más escabrosos que escuchó, escondido en su armario. Aterrado. Aquella mañana había hecho pellas y no se atrevió a salir de su cuarto cuando sus padres, de imprevisto, llegaron de la calle discutiendo como tantas otras veces. Todo fue demasiado rápido. Permaneció agarrotado y sin poder reaccionar de ninguna manera. Se orinó encima como un cachorro perdido y amedrentado.


- Señor juez, no le crea usted. Siempre miente. Siempre pide disculpas. Siempre dice que será la última vez. Esta vez, no hay excusas, ha asesinado a mi madre a sangre fría. Que la ley no tenga compasión de él. Yo jamás podré perdornarle. Odio ser hombre, si pudiera volvería a nacer siendo mujer.


Eran las tantas de la noche, Jorge hijo, había estado todo el día en los juzgados, al salir le esperaba la prensa, tendría que encargarse de sus hermanos pequeños. La ciudad gris estaba a punto de reventar bajo sus pies, pero miró al horizonte y supo que tenía que ser más fuerte que nunca. Aguantaría todo lo que se le venía encima. Una parte de su madre había renacido en aquellos instantes para siempre.




El vecino del 4º


posdata: esto pretende ser un sincero homenaje a esas mujeres, víctimas de la violencia machista, bárbara e injustificable...en el día internacional contra la violencia de género (25 de Noviembre)...

miércoles, 27 de octubre de 2010

Así NO...


Y dijo... así no...sólo era una sugerencia, un punto de vista. Una insinuación sutil. Ni si quiera lo dijo con malos modales, ningún gesto cortante, apenas si se escuchó su voz en el taller de coches. Solo pretendía ayudar con su experencia en su primer día de trabajo.




- Lo tienes claro. Para ser el nuevo...ya parece que vienes tocando los cojones... O es que no te has enterado que ahora con la reforma laboral cuesta hecharte menos de lo que vale cenar y hechar un polvo en cualquier garito. Anda, vístete que estamos montando el motor a este coche que el dueño quemó por chulo. No me calientes que el jefe está a punto de llegar y no quiero darle tu primer parte negativo.




Julián tiene casi 54 años, tragó saliva y se dirigió a las taquillas. Le han contratado por mediación de un conocido del dueño. Tiene que estar agradecido. Procurará no meterse en ningún lío. Es su primer día y le ha prometido a la parienta morderse la lengua. Respira porque sabe que ahora podrá pagar la hipoteca y su hija seguirá estudiando. Llegará justo ,como siempre , a final de mes. La cosa está jodida pero no puede dejar de pensar que están montando mal el motor. Además le ha dado tiempo a ver que faltan, al menos, un par de arandelas y una pequeña junta.




- Nuevo!!!!!...ya estás tardando en cambiarte, que esto no es una pasarela de modelos.






El vecino del 4º




posdata: Julián no sabe que es casi seguro que no supere el periodo de prueba, en realidad lo sabe pero se muerde los labios procurando que no se note...lo hace por Francisca, por ella haría cualquier cosa y por su hija.

lunes, 11 de octubre de 2010

Por unos instantes...



Dos amantes han unido en tiempo y espacio sus cuerpos. El mundo se ha detenido y la explosión en el encuentro ha sido incalificable. Extenuados hasta altas horas de la madrugada caen rendidos como dos animales satisfechos. La sed, el sudor y el cansancio les vence. Quedan inmóviles, dormidos y saciados.


Ella, al poco tiempo se levanta desnuda y mira por la ventada. Toma una de sus medias negras y rodea los ojos de su amante. Con firmeza, con delicadeza. A continuación le surrura unas palabras en voz baja para despertarle.


- Amor, ha sido lo mejor que me ha pasado. Despierta, esta noche con nuestro placer hemos construido un nuevo universo. Despierta. Han sido abolidas todas las normas y las leyes. No existen gobiernos. Nadie volverá a sufrir innecesariamente. Besa mis labios una vez más. Levántate desnudo y asómate a la ventana. Te quitaré la venda para que puedas ver nuestro nuevo mundo.


El corazón de ambos se acelera. El deseando asomarse al infinito nuevo. Ella buscando en sus ojos la luz de brillo ante la sorpresa.


- No te entiendo amor. Todo sigue igual. Tu mirada es más felina que nunca. Vayámos a la cama.Volvamos a empezar.

- Tienes razón, nada ha cambiado. Pero por unos instantes creíste que había ocurrido. Tu corazón casi se te sale del cuerpo. Al fin tu lucha por un mundo más justo pensaste que había llegado al final. Ahora volvamos a gozar.


En la noche silenciosa, los cuerpos se envuelven en una penumbra vestida de raso rojo, delicado como la piel de la luna. El humo de las alcantarillas dibuja sobre el asfalto banderas que se alejan sobre el horizonte. Los besos de dos amantes resuenan con un eco lascivo y penetrante. Los gatos, en los tejados del barrio, también buscan sexo y aventuras.


el vecino del 4º


posdata: millones de años esperando que algo ocurra y cuando al fin crees alcanzarlo ... el sentimiento puede llegar a ser demasiado intenso...


viernes, 3 de septiembre de 2010

Tal vez hoy... o no...



El sudor seco corre por mi espalda sin pedir permiso, sin evitar obstáculos. Las manos me tiemblan ligeramente. Los ruídos de fondo me impiden pensar con claridad.

Estoy aquí en una habitación extraña con una tos nerviosa, seca y entrecortada.

No sé si estoy haciendo o deshaciendo la maleta. No sé si he vuelto o estoy a punto de irme de vacaciones. Sé perfectamente qué hora es, qué día, quién soy. Qué me ha pasado esta mañana y ayer tarde. Pero lo demás lo dudo, o no lo recuerdo. Y sin embargo no puedo decir que haya perdido la memoria.

Llevo todo el puto año programando las merecidas vacaciones y ahora no comprendo si ya las he disfrutado, si estoy de vuelta, o si es el momento de respirar por fín y salir hacia algún lugar desconocido como tantas otras veces.


Sin darle más vueltas cuando termine saldré al otro lado de la puerta y me da igual que pueda ocurrir. Improvisaré o ejecutaré un plan que no recuerdo. Es más, me busco en los bolsillos y esta vez no tengo moneda alguna para decidir qué hacer.


Un olor a tabaco de pipa hace que levante la nariz, de repente un sabor dulce me viene a la garganta. Me acabo de dar cuenta que tampoco sé si fumo o no.




El vecino del 4º


posdata: los recuerdos se transforman en camaleones disciplinados para evitar que los mostruos de la razón devoren todos nuestros secretos...supongo...Podría haber vuelto, pero estoy "perrote"...creo...



miércoles, 7 de julio de 2010

Vida breve...



Para cuando quiso vivir la vida, saborear los labios de sus amantes, guardar algún que otro secreto y tener remordimientos sobre lo que había hecho, bien o mal, según y quién lo enjuiciara.
Fue demasiado tarde.
A la mariposa roja, de alas doradas, la cazaron apenas si echó a volar.

El vecino del 4º
posdata: un instante y toda la libertad del universo, provenientes de sus sueños más ancestrales...quedan atrapados por las redes invisibles...

lunes, 14 de junio de 2010

te voy a contar un cuento Carlitos...



Mira Carlitos, debería contarte demasiadas cosas sobre nuestras posesiones, nuestra gran casa y sus alrededores, toda la historia de nuestra familia, tremendamente rica desde hace muchas generaciones. Como cuando el abuelo te cuenta, una y mil veces más todas esas historias detallándote la inmensa fortuna que tenemos, toda la gente que trabaja para nosotros. Pero hoy Carlitos quiero contarte un cuento. Me apetece más.

-Vale papá, a mí, lo que más me gusta, siempre, son los cuentos.

Verás, Carlitos, un día cualquiera, habrá un día, tal vez dentro de poco. Que el mundo comenzará a cambiar, será algo muy distinto al que conocemos. Es un cuento, no como esos cuentos de toda la vida, que siempre empiezan con el aburrido... "había una vez hace mucho, mucho tiempo". No, éste, Carlitos, es un cuento de... habrá una vez, tal vez dentro de poco...

-Sigue, sigue, papi.

Pues bien, habrá una vez, tal vez dentro de poco, quien sabe si quizás mañana, habrá un momento en el que ocurrirá un hecho fatástico que tal vez haga que el mundo comience a ser diferente, a oler diferente y a pensar diferente, incluso a vestirse diferente... te imaginas Carlitos?... Porque nuestro planeta tierra, nuestro mundo, también hace todas esas y muchas más. Habrá un día, en el que por la mañana temprano, vendrán a la tierra miles de musas desde algún lugar lejano o cercano, no sé bien. Las musas, Carlitos, son las que inspiran a los poetas y poetisas, son las que les chivan las poesias o parte de las poesias, te hablo de todos esos versos y poemas que tanto le gustan a mamá. Son las musas las que les silvan a los oídos de los poetas y poetisas en un idioma extraño cada verso, y después ellos y ellas escriben esos poemas tan bellos. Has notado que cuando mamá está triste y distante, se retira, se aleja a la habitación del fondo, esa que tiene tantos libros tan antiguos, y allí busca estar sola, aveces se pone una música extraordinaria de Vivaldi, de Mozart o de J.S. Bach y es entonces ... cuando coge un libro de poesía y si te acercas sin apenas hacer ruído, ves entonces que sus ojos brillan como nunca...

-Si papá, cuando mamá lee poemas, incluso parece más guapa. Pero sigue, sigue...

Ese día, pues, las musas contarán algunos secretos a los poetas, y a las gentes de los pueblos, y de las ciudades y como por arte de magia, sin saber bien cómo... empezarán a pasar cosas increibles.

Por ejemplo toda la gente irá a los bancos, esos lugares donde todo el mundo se obsesiona con guardar y guardar dinero y más dinero, sin saber bien para qué. Los hay también que sólo piensan en pedir dinero prestado a los bancos, aún no saben por qué.
Ya sabes, Carlitos, que si vas a un banco para que te presten cien euros, cuando intentas devolvérselos, ya no les debes cien, son muchos más.
En cambio si guardas cien euros, cuando vas a buscarlos, tienes poco más... y si andas poco listo, te puedes quedar sin nada.
Pues bien, ese día la gente irá a los bancos y sacarán todo su dinero, y lo amontonarán frente a sus puertas y en las plazas, y sin pensarlo dos veces quemarán todos sus billetes. Ese día el dinero dejará de existir porque la gente habrá aprendido que no vale para nada. Y entre un humno gris y las risas y los bailes habrá una fiesta como nunca hayas imaginado ni vivido.

Ese día además, las gentes se animarán, y con un arma secreta que las musas les darán...

- Qué arma papá... ya sabes que a mí las armas me asustan, hacen mucho ruído y además la gente se puede hasta morir.

- No te preocupes, hablo de un arma diferente, en realidad no es un arma, hablo de la palabra, convertida en poesía...pero déjame seguir...

- Vale, ahora casi lo entiendo, sigue, sigue.

Ese día también, con los poemas y los versos que se recitarán en todos los parques, en los colegios, en los supermercados, en los campos de futbol, en todos los congresos y senados de todas las naciones, en las iglesias y sinagogas, en las plazas grandes y pequeñas, y en las piscinas, en los gimnasios, por todas partes, Carlitos, con esos hermosos poemas y versos, que son un "arma secreta". La gente decidirá abandonar las ciudades, y los pueblos, se irán a vivir a los bosques que nos quedan, a los desiertos que tienen oasis. Dejarán sus coches y la luz eléctrica, dejarán de comprar leche metida en un bote que después hay que reciclar. Y se marcharán lejos. Abandonarán los ejercitos las armas y los tanques. Jamás volverá a volar ningún avión en ninguna parte. Los barcos a motor quedarán atracados en los puertos. Los niños y niñas dejarán todos sus juguetes de pilas o eléctricos, de plástico y de materiales artificiales. Sólo se llevarán, para el camino, unas cometas de miles de colores, construidas con seda y cañas de bambú.

El mundo empezará un camino hacia atrás, un camino hacia el pasado, ese lugar de donde venimos.

No habrá nunca más, ni leyes incomprensibles, ni cárceles, ni gobiernos que manden y ordenen a las gentes, cada día, inventarán una cosa diferente a la del día anterior para jugar y reir. Los semáforos de las ciudades se pondrán todos en verde y las gentes caminarán por el centro de todas las carreteras sin peligro alguno.
Las musas, con su poder, impedirán que ni una sola guerra más vuelva a repetirse. Habrá pan, agua y un lugar para dormir para todos y todas.

Habrá un día, dentro de poco tal vez, Carlitos, que el mundo será diferente.

Podría contarte muchas más cosas, porque este cuento no tiene final.
Además, cada cien años, un papá volverá a contarle a su hijo o hija la continuación de este cuento. Pero por hoy, es suficiente.

Colorín colorado, este cuento aún no ha empezado... pero podría empezar dentro de un rato.

-Papá!!! me ha encantado. Me gustaría vivir cien años, para saber cómo sigue. Pero ya empiezo a imaginar cómo puede continuar. Voy a contárselo a mamá, antes de que se me olvide. Y mañana se lo contaré a mis amigos y a mis novias, y si tengo tiempo, a lo mejor se lo cuento a mi profe.
- A mi también o me gusta este cuento hijo, si me animo igual se lo cuento al abuelo mañana... Qué duermas bien. Hasta mañana, quién sabe cuántos años viviremos...



El vecino del 4º


posdata: ojala mi madre me hubiera contado este cuento hace 99 años, sólo me quedaría uno, para saber cómo continua el cuento... sin embargo, no debo quejarme porque élla, que nunca supo leer ni escribir, me contó miles de historias, sólo recuerdo de todas ellas que siempre me gustaban, que siempre deseaba que no acabarán y no puedo olvidar como abría los ojos y la boca...


jueves, 3 de junio de 2010

Pérdida transitoria de memoria.-


El día era perfecto, la primavera se retira a sus aposentos a pasos agigantados. Los primeros avisos del verano se acercan como tambores lejanos, lentamente, pero anuncian los calores. Se han sentado en un bar a comer sin prisas, tomar algo fresco, se agradece ese sútil aire fresco. Al final de la velada beben un té mientras se devoran con las miradas. Sus manos se buscan y se atrapan y en el silencio declaran sus miedos, sus pasiones, sus secretos. El tiempo se ha detenido, ya no queda nadie en las mesas cercanas. Piden la cuenta, buscando el perdón del metre que tiene cara de "ya está bien" pero guarda los modos.


Cuando él intenta pagar. Ella se adelanta. Bien, seguramente no tendría dinero suficiente para una comida como esta.


- Bien, me voy, muchas gracias. Todo exquisito.

- Un momento señor. Tiene que pagar.

- No pagó ella ya?... la he visto sacar su cartera.

- Señor, disculpeme, ha comido sólo, reservó para dos, pero vea, la servilleta y el plato siguen intactos.

- Lo siento. Pagaré entonces. A veces tengo pérdidas transitorias de memoria. Es el trabajo. No se preocupe. Muchas gracias, todo exquisito.


Al salir del local, el bochorno y unas amenazadoras nubes apuntan a tormenta. Van unidos de la mano. Ella le besa discretamente. Y él se siente el hombre más feliz del mundo.


- Ves Manolo, te lo dije, el tipo ese era raro.


En una ciudad se pierde la memoría con más facilidad de lo que parece, las calles borran sus nombres y los semáforos, a veces, no saben bien de qué color dibujarse. Entre la primavera y el verano, en esa tierra de nadie, a veces la memoria falla.


El vecino del 4º


posdata: cuando se habla sólo con la misma pasión que cuando se está acompañado, la cosa pueda resultar pintoresca, pero pienso que no va mal. Lo peor es hablar acompañado y quien nos mira de cerca, nos sigue viendo solos...


jueves, 20 de mayo de 2010

Ni uno más, ninguno.




Tenía que empezar por lo más sencillo. Se le ocurrió mirando desde su ventana, uno de estos días ventosos, dónde el sol se ha mezclado con las nubes, y un excesivo frío para un Mayo tan extraño. Como todo el mundo dice ahora, será culpa del cambio climático. Antes se decía que eran los dioses, que cuando hacíamos algo que no les gustaba, nos lanzaban su reprimenta o castigo en forma de granizo , plagas o cosas peores.
Nunca se había entretenido en contar los libros que tenía, pero seguramente más de mil. Novelas de todas las épocas, la mejor poesía del Sur y de poetas que viven junto al mar. Relatos, teatro, ensayos, diccionarios, encunables, primeras ediciones del XVIII, eso ya eran palabras mayores. Un hermosa colección de libros que heredó de su vecino. Don Alberto, cumplió casi un siglo, no tenía hijos y le dejó ese millar de joyas de todos los tiempos, todos los continentes. El en su interior se alegró de la herencia, los colocó como pudo en su pequeño piso y dejó pasar el tiempo. Nunca llegó a contarlos, para qué. Leía muy de tarde en tarde, pero en el fondo intuyó que ahí tenía un pequeño tesoro que procuraría ir desgranando en el tiempo, en lecturas cortas, pausadas.

Podrían ser incluso más de mil libros. Qué iportaba ahora. Envolvió, con prisas y algo nerviso , tres en un papel de periódico antiguo y se marchó dando un portazo. Vivir solo es lo que tiene, no es necesario dar explicaciones. Siempre se obtiene consenso.
Ahora caminaba calle arriba, cerca de una de las calles cercana a Carretas, ese centrico Madrid tan reconocido por todos.

- Buenas tardes Don Baltasar vengo a venderle tres libros de mi biblioteca. Yo calculo que costaron unos trescientos euros, mire usted las etiquetas, alguno incluso tiene puesto el precio. Usted me dice cuánto me da y no hay más que hablar.
- Por eso...diez monedas. Ni una más. Los almaceno en el trastero porque les tengo cariño, pero hoy día estas cosas no se venden.

- Adios Don Baltasar, eso es muy poco.

- Hasta otro momento. Que tengas suerte.

Es como si se hubieran puesto de acuerdo todos los buitres de la zona. Nadie le ofreció más de diez euros. Es más, fué el precio más alto. Uno, en un alarde circense macabro, dió un salto más allá que los demás.

-Precio estandar, un euro por libro. Es lo que hay.

A la semana volvió a la tienda de Don Baltasar. Y antes de que abriera la boca, tenía un billete de diez sobre el mostrador de madera.

-Es lo que hay. Hoy me he quedado ya sin monedas. Por eso te doy un billete de diez.

Atrapó el billete, tragó saliva , rebaba, profundos remordimientos y con los ojos crispados y el billete arrugado entre los dedos soltó a quemarropa.

-Adios, gracias. Es usted un hijo de puta, Don Baltasar.

-Y tú un puto parado.


Salió sabiendo que, más o más temprano, volvería. Compró dos cigarrillos sueltos en un quiosco, se tomó un café y cerrando los ojos buscó no pensar en nada mientras la primera calada de humo le entró hasta el alma, sin ninguna salida.



El vecino del 4º


posdata: Ni un parado más, ni uno parado. Ya. No hablamos del 5%.




domingo, 2 de mayo de 2010

alfombra mágica...



Hacía pocos días que había llegado de Túnez. Uno de esos viajes a los que se apuntó sin demasiado interés, sólo para tomarse un respiro y poder seguir trabajando como una máquina diariamente, como la mayoría de las veces más de 10 horas diarías. Turnos de locura, llamadas al móvil para atender a una urgencia, en fin... siempre pendiente de las incidencias, un auténtico esclavo de su trabajo.




Un típico viaje organizado, buenos hoteles, con spá y ambientes selectos, en algunos por las noches sonaba el piano al fondo como en Casablanca. Durante el día se dejaba llevar por el guía que no paraba de hablar pero apenas le hacía caso. En realidad estuvo casi todo el viaje como ausente, sólo necesitaba desconectar del mundo...


Y ahora estaba en su estudio de la Gran Vía, un ático pequeño, pero perfecto, en lo más alto del centro de Madrid, mirando aquella pequeña alfombra que compró en un mercado perdido de un pueblo que no lograba recordar su nombre.


Se sentó sobre ella, recordando que el vendedor le avisó una y otra vez que era una alfombra mágica, que tuviera cuidado con los deseos, que algunas veces se cumplen.


- Llévame al otro lado del universo, quiero poder dormir sin pesadillas ni remordimientos. Quiero no volver a tener que poner el reloj para despertarme siempre con prisas.


A Fernando nadie le ha vuelto a ver. En su estudio no encontraron huellas ni indicios de robo, ni siquiera habían revuelto nada. Solo encontraron su gato aullando y hambriento, las plantas sin regar desde hacía unos tres días...y la ventana entreabierta. Nunca más se supo de él. Ni contestó al móvil, ni a su correo electrónico.


La Gran Vía cumplió cien años, recién, estos días pasados , la magía de las ciudades como Madrid siguen conectando con las arenas de los desiertos lejanos y con las fantasías más profundas de gentes como Fernando que sin saber qué quieren, a veces cierran los ojos y piden, incluso más de lo que desean.



El Vecino del 4º


posdata: yo hace tiempo que no pido deseos, procuro vivir cada día como si fuera mi mejor sueño...


miércoles, 14 de abril de 2010

Tronera endiablada...



Tómas F. Bloom, había aprendido a jugar al billar desde pequeño. Vivió en cientos de sitios diferentes, siempre de paso. Sus lugares preferidos para jugar era en cualquier antro, de esos de carretera, entre Texas, Arkansas o Luisiana.

Cuando su padre bebía más de lo conveniente le tocaba a él continuar la partida. Las primeras veces que perdía las partidas su padre le pegaba y le dejaba sin comer ni beber dos o tres días. Así pasó su infancia, y parte de su adolescencia, hasta que un día a su padre le atropelló un camión al intentar cruzar una carretera, con más cerveza en el cuerpo de la podía soportar, y apartir de ahí comenzó su propia historia, también de jugador de billar. Único oficio. Único deseo.


Tómas F. Bloom, ya de mayor era delgado y alto, desconfiado y solitario. Apenas hablaba con nadie ni tenía amigos. En realidad se parecía a su viejo taco de madera oscura con incrustaciones de marfil blanco y brillante. No perdía jamás una partida. Vivía de las apuestas, pero procuraba ganar sólo lo justo par vivir diariamente. Solía decir, mientras escupía tabaco al suelo.


- Vivo del billar, el taco y las bolas, pero jamás me haré rico. No es mi meta en esta vida. Mi meta es jugar una partida en el cielo con Dios. Me han dicho que es el mejor en todo.


Al terminar la noche, cuando había conseguido para comer, dormir y muda limpia par el día siguiente. Enfundaba su viejo taco y desaparecía con wiski suficiente para dormir profundamente hasta la próxima partida.

Aquella noche de un caluroso verano eterno, Tómas rompió algunas de sus reglas de oro, y que siempre le habían dado buen resultado. Se dejó embaucar por una bailarina de enormes pechos y manos muy ligeras. Bebió durante la partida. Se puso fanfarrón y blasfemó, en voz alta, más de la cuenta.

Mirando al cielo, cuando a pesar de todo, parecía que ganaría la partida. Apagó el cigarro dentro de la botella de cerveza de su adversario, señaló con su dedo índice el recorrido de su última bola y marcó la tronera por la que había de colarse la bola negra con un escupitajo certero.


- Y si no entra....Ohh...Belcebú....Llévame por la tronera para siempre!!!!... Jugaré contigo en el mismisimo infierno para siempre!!!!...


Cuando el Sheriff, interrogó al dueño del local y a cada uno de los que aquella noche allí estuvieron. No supo qué escribir en su informe. En todo caso, jamás se encontró su cuerpo.

Demian, el responsable de la comisaria, finalmente, se negó a transcribir que todos los testigos juraban y perjuraban que se lo había tragado la tronera. Consta, simplemente, como desaparecido, caso no resuelto, uno más de tantos.


En el bar de carretera de aquella comarcal tejana, la 727-T, kilómetro 619, puedes parar, tomar cerveza bien fresca y cuando miras a la pared y ves el estuche y el taco con las siglas T.F.B., el bello se te eriza, como si un resorte invisible se te disparara dentro.


El eco de las viejas bolas de billar, mezclado con la música Cauntri eterna, hacen que procures olvidar todo lo que se te pasa por la mente.



el vecino del 4º



posdata: cuando mastiques tabaco, procura que no salpique a nadie, ni siquiera a tus propias pesadillas...

martes, 6 de abril de 2010

Leandro Guzmán.-



Leandro, caminaba con aire distraído cada vez que tenía un nuevo sueño. Pero además mostraba otras señales fáciles de identificar.

Si se rascaba la entrepierna, había tenido un sueño con una de esas casas-prostíbulos que tanto prosperan en las carreteras.

Si no dejaba de tocarse el bolsillo derecho trasero, del pantalón, donde siempre llevaba la vieja cartera de piel, el sueño había sido con el fisco.

Sin lugar a dudas. Sus toses entrecortadas y repetitivas, anunciaban que ese día también intentaría dejar el tabaco. Tenía un horrible sueño, cada siete días más o menos, en el que le extraían parte del pulmón izquierdo por culpa del "rubio" como el se refería al hablar del tabaco.

Pero aquella mañana, la cosa debió de ser distinta a otros sueños.

Se levantó, sobresaltado, mucho más empapado en sudor que en otras ocasiones.

Se tocaba la cabeza, se daba pequeños golpecitos como buscando la respuesta acertada. Sin duda, no sabía interpretar el último sueño.

Había soñado con una Musa, una de esas extrañas criaturas, que se supone que sólo visitan a escritores, poetas o pintores.

Él, Leandro Guzmán, un sencillo afilador, de los pocos que aún quedan, había soñado con una Musa y ella le vino a decir.


- Leandro, hombre de Dios. Deja de soñar para vivir sólo entre sueños. Vive!!! ... Vive la vida tal y como la sueñas...


Se daba golpes sobre la cabeza, mientras las palabras de la Musa resonaban como cascos de caballos que en el horizonte corrían despavoridos.


El vecino del 4º


posdata: interpretar sueños, ya es comprometido, interpretar lo que una Musa te dice en uno de ellos es como rizar el rizo en una oronda calva...


martes, 23 de marzo de 2010

Santa María de los Caballeros.-




Era mediados de Enero de mil seicientos setenta y tantos, una mañana de esas de escharcha blanca y un frío penetrante y helador, a muy tempranas horas, las calles apenas se dibujaban entre el hielo, la niebla y el silencio de una ciudad que aún dormitaba.
Don Diego de Vistabuena de las Fuentes, Don Fernando de Alvero Mayor y Carlos Rodriguez Sánchez llegaron a la Villa y Corte de Madrid, tras la última de las guerras en la que participaron juntos.
Venían a recuperarse de sus aún abiertas heridas, con la idea firme de tomar caldo de huesos varios, buen queso curado de la Mancha, más lomo y jamón traído de Salamanca. No faltaría tampoco el vino envejecido en barrica de roble y el aguardiente gallego. Si a eso se le añade buena y limpia cama, curas diarias de esas carnes mal cosidas y por las noches, aunque fuera a la pata coja y madiciendo molestias y dolores, la visita inevitable a las tabernas de Cuchilleros y sus alrededores. Los caballeros bebían y retozaban con mozas lozanas, de buen ver y mejor palpar.

La cosa no iba mal. No deberían quejarse, en pocas semanas estarían preparados para seguir defendiendo la noble causa de la Casa Real.

Pero si la guerra de la que venían había sido terrible y como para olvidarla, entre vinos, risas y juergas, no menos cruel y tétrica era la situación que se vivía en Madrid.

Hambre continua entre la plebe, conatos de revueltas y pillajes permanentes, algunos brotes de cólera y algo de lepra. La tuberculosis y la sífilis eran comunes y reincidentes. La viruela también se cobraba vidas. Todo un espectáculo esperpéntico.

- Se nos muere la plebe Don Diego, se nos muere.

Solía decir Don Fernando, y de seguido sin esperar más detalles contestaba el de los Vistabuena.

- Algo habrán hecho, que recen y cuiden de su alma.

En esas, Carlos callaba, no tenía linaje y fue en la guerra donde adquirió galones, prestigio y reconocida capitanía por méritos propios, a golpe de daga y lanza. De hecho cuando Don Diego y Don Fernando sacaban a relucir su origen noble y de sangre azulada, a Carlos se le enredaban las tripas, hasta formar un nudo en la garganta, casi rechinaba los dientes y procuraba no mirarles a los ojos.
Si aún continuaba con éllos, era por obedecer la orden directa del Rey. Más que una orden era una amenaza real.

- Carlos te nombro caballero y Capitán, pero has de cuidar hasta el fin de tus días, de estos mis parientes lejanos. Don Diego y Don Fernando son tu salvaconducto para que nada te falte de ahora en adelante.

-Como vos digais Majestad.

-Muertos ellos en combate, tu cabeza rodará al instante.

Aquella noche, bebieron más vino del aconsejable, habrían pasado ya casi dos semanas. Y los cuerpos aguantaban más de todo.

-Diego, que digo yo, que si nos vamos de esta infecta cloaca.

-A dónde pues?...Tu dirás Fernando.

-No procede Carlos de una pequeña aldea tranquila???...junto a los montes de Gredos???...

-Eso essssss!!!!...Allí podríamos terminar de reponernos.

-Una buena bolsa de monedas de oro, caballos de refresco y sin prisas con el tiempo.

-Carlos, cuál era el nombre del lugar donde mal te criaron de pequeño???...

-Santa María, junto a Barco de Ávila, unas cuantas jornadas a caballo, pero bien abrigados y bien de dinero, no hay mayor dificultad.

Pero algo debió de pasar en el camino, que aún hoy pasados los cientos de años, queda por desvelar.

Parece que esa misma noche marcharon a caballo, entre tragos, risas y buena comida, varias posadas, fondas y ventas de camino.

Un martes 7 de febrero, de mañana de niebla cerrada, en tierras de Santa María encontraron a Don Diego y Don Fernando, sin cabezas, sin armas, sus caballos atados a un viejo roble. Y nada se supo jamás de Carlos. El rey impuso dia de luto en la corte y una semana en la aldea, mandó cambiar, por decreto real, el nombre y desde entonces pasó a denominarse Santa María de los Caballeros.

Allí mismo quedaron sus cuerpos, enterrados e incompletos.

Pasado un tiempo a Carlos, la plebe, le escribió una canción que se cantaba en secreto.

"El buen Carlos del pueblo llano

en Santa María de Ávila

rebanó las cabezas

de Don Diego y Don Fernando.

El Rey lo buscó entre sus huestes

entre los nobles y los mundanos.

Si Dios no le dió cobijo

en el infierno encontró escondrijo.

Pasado un tiempo infinito.

Ni el cielo, ni el Rey ni la Iglesia

encontraron sus cabezas..."

El Vecino del 4º

Posdata: Que el pasado no se parezca al futuro...





sábado, 13 de marzo de 2010

Homenaje a Miguel Delibes.-




Con más años y más memoria de los necesarios, con el cuerpo derrengado por el paso del tiempo pero la mente, los sueños y la fantasía vivos como siempre. Hasta el último momento. El maestro Miguel Delibes solia salir a respirar aire puro, si es que aún existe en alguna parte, solía salir cada vez que sus pies se lo permitían. Hasta el final de sus días supo pisar el barro de los caminos para poner su mirada sabia y profunda en cada detalle que le rodeó. Primero ponía su mirada, y tras ella le seguía su pluma que arañaba esos papeles en blanco, uno tras otro hasta montar un historia llena de detalles y personajes increibles.


No solía fijar la mirada en el vacío neón, ni en los diamantes cada vez más enormes, cada vez más pulidos. Tampoco puso su mirada en un lingote de oro del tamaño de una tableta de chocolate. No rebuscó entre marcas afamadas para los ricos y los nuevos ricos, esas absurdos logos que, supuestamente, otorgan a quien los usa diariamente en sus vestimentas un halo de clase, prestancia y prestigio. Necesitan marcar el terreno y diferenciarse del resto de los mortales.

Miguel tampoco se prodigó en el mundo de la farándula y el noctambuleo entre esas cuadrillas de intelectuales-famosos y afamados que necesitan permanentemente "autopublicitarse" para demostrar que son los mejores: mejores que todas las generaciones anteriores y las futuras.


Miguel fue un maestro en las letras, sencillo y discreto, cultivó a lo largo de su vida una larga lista de personajes con los que muchos lectores: estudiantes, obreros y obreras, amas de casas y arquitectas, políticos de uno y otro bando y toda clase de gentes, saboreamos momentos muy especiales.


Por mis venas corre la sangre de varias generaciones de un pueblo, de una tierra, que no olvidará que un día escribió "Los Santos Inocentes", sólo por citar uno de sus libros.


Hoy Azarías y su "milana bonita", vuelan en mi memoria con una fuerza mágica.


En el horizonte, el sol comienza a ponerse en este día gris, mi vista alcanza más allá de la ciudad en la que vivo.

El asfalto llora sin que nadie se percate. Las farolas, aún apagadas, escarban bajo sus pies como si quisieran marcharse de la ciudad.

A las fuentes se les atragantó tu ausencia inesperada. Los amantes y las musas no saben qué hacer esta noche.


Te recordaremos siempre Miguel.


- Milana bonita.



El vecino del 4º

viernes, 5 de marzo de 2010

Año 2569.-





Ahora que por fin todo parecía fácil, tras irse buscando en el tiempo de reencarnación en reencarnación, las cosas tampoco parecían sencillas.
La primera vez que se cruzaron de cerca fue allá por el 850 a.c., él era un cazador en algún lugar de sistema montañoso Ibérico, ella una simple gacela, que al ver como sus ojos se cruzaron un solo instante, supo que se volverían a ver. Pasaron unos trescientos más, él esta vez sobrevolaba una cordillera andina, ella buscaba pasto seco para encender el fuego y asar algo de carne, no muy fresca. La sombra del cóndor, dibujó un enorme corazón sobre el pasto más reseco. Aquella noche el fuego ardió con más fuerza que nunca, ella se durmió mirando el cielo, no habló con nadie del grupo.
Ya en la edad media, volvieron a verse. Ella, una noble con un nombre impronunciable, al Sur de Francia en la comarca del Loira, vivía en un castillo infinito, entre los pasillos a oscuras un atardecer pudo alcanzar a ver cómo llevaban a rastras a un plebeyo. Se había negado a pagar el diezmo y la sentencia se dictó sobre la marcha. Su cabeza rodaría como una manzana con mucho público. Sus ojos, a lo lejos se volvieron a cruzar cuando él se alejaba hacia la infecta celda. Entre la rabia, de él, y las lágrimas contenidas de ella. No volvieron a verse hasta 1920.

El tocaba en un viejo antro de Chicago, negro azabache como la noche de los tiempos. Una piel brillante como las estrellas, unos ojos clavados en su saxofón y unos dedos que se movían como el agua que cae de unas cataratas invisibles. Ella, una joven y tímida vendedora de cigarrillos, blanca como la luna, exuberante y tersa como una granada a punto de abrirse. Al finalizar la actuación, el compró un puro, como todas las noches.
- Nena, dame uno de esos puritos. Me fumaré todo hasta el final. Sin abrir los ojos, pensando en tus caderas.
- Como quiera maestro. Su música me llega muy dentro.

Año 2036.Una oficina en la luna, recién abierta. El Capitán, llama a la subteniente y nervioso, le cuenta su último sueño.
- Desde que inicié esta misión, el mismo instante en que nos vimos por primera he tenido pesadillas. Estoy seguro que nos conocemos de algo. Sus ojos, su mirada ... me superan.
- No se preocupe, estas cosas pasan en el espacio. Necesitamos un tiempo para aclimatarnos tras la última misión. Pediré que le hagan un análisis onírico.

Por supuesto que se volvieron a ver, en diferentes ocupaciones, en diferentes oficios. En unas ocasiones se intuían, otras se presentían, la mayoría por el olor se reconocían aunque la distancia fuera grande. Cada vez coincidían con menor espacio de tiempo entre un encuentro y el siguiente.
La última ha sido hoy mismo, 14 de abril de 2569, en un desierto estelar, en alguna parte de alguna galaxia, tal vez en la misma tierra, pero tan desconocida, que ni parece el mismo lugar de siempre. No sabría decir.
Sólo que hoy, claramente, habían unido sus manos, sus labios abiertos como el infinito, sus pieles humedecidas por los sentimientos, sus deseos mezclados con todos esos años de encuentros y desencuentros. Dispuestos a amarse, al fin, como el fuego y el oxigeno que lo aviva y encrespa todo.
Sin embargo, bajo sus pies la tierra se abre, los cielos se agrietan, las aguas, el hielo y la arena de los desiertos se han mezclado en pocos instantes. Como si un nuevo fin del mundo naciera ante sus miradas repletas de deseos infinitos.
El azar, el tiempo y los sueños volverán a permitir un nuevo reencuentro. Apenas, les dio tiempo a balbucear.
- Amor, nos vemos.
- Nos vemos.

El vecino del 4º
Posdata: estoy seguro, que se verán, que se vieron muchas otras veces, el tiempo es un infinito círculo, sin principio, sin final, pero con sueños eternos dibujados en el viento.
5 marzo de 2010

sábado, 20 de febrero de 2010

Lobo vegetariano.-




Lentos, perezosos y cálidos aullidos dio el lobo antes de morder a su presa en lo más profundo de sus secretos. Estiró el cuello hacia el infinito cielo, mientras una de sus zarpas tenía bien asegurado el alimento. Los ojos del lobo, provocadores, clavaron sobre la piel de la luna un mensaje invisible.
- Estoy harto de llevar comiendo días y días, arroz, zanahoria y patatas con huesos viejos. Quiero carne fresca.


El lobo mordió con los ojos cerrados su ángel de la guarda, sin miramientos, sin pestañear. Unos rojizos borbotones de sangre firmaron sobre la nieve el fin de una vida que no luchó por salvarse.

Al día siguiente, las noticias fueron parcas: “ representante de ONG muere al ser atacada por el lobo herido, al que había salvado de los cazadores furtivos días atrás, en la Sierra de…”
Poco más tarde supe que al lobo no tardaron mucho en darle alcance, le siguieron la pista con perros de presa, les estaba esperando tumbado, lamiéndose las heridas, sin prisa, sin miedo, sin remordimientos. Arrogante, sabía lo que le esperaba. Le descerrajaron varios disparos, allí mismo, casi a quema ropa. No se molestaron en enterrarle porque los buitres darían cuenta de él al rato.

Sin embargo cada luna llena, cuentan que algunos de los aullidos que ruedan por la falda de la Sierra son sus disculpas, tardías, pero sinceras. Un lobo que ni en sueños, ni entre vivos ni tampoco entre los muertos… volverá a comer carne fresca.


El vecino del 4º


domingo, 14 de febrero de 2010

Guerrera.-




La noche ha pasado, como si hubiera transcurrido una eternidad. Una noche sin luna llena, ni menguante ni creciente. Sin luna. Sin estrellas, sin casi nada. Una noche más gris que cualquiera de las peores pesadillas. Ni siquiera el viento se ha paseado por las callejas para susurrar silbidos, aunque sólo fueran inquietantes.
Ella ha dado tantas vueltas en la cama... que si las hubiera contado se asustaría. Sudor y quejidos entre sueños y más sueños incomprensibles, que se repiten como una noria sin agua. Se estiró y se encogió, huyendo de una pesadilla de la que jamás recordará nada.

Se ha levantado como si sus peores enemigos la hubieran estado apaleando toda la noche, con un ligero sabor sanguinolento en la boca, reseca como el peor de los desiertos. Un ligera taquicardia, a pesar de estar recién despierta.

Ha puesto su pié favorito en el suelo, los ojos se niegan a enfocar objetos, el pelo revuelto como un erizo. Pero decidida escupe sobre unos viejos calcetines y comienza a hablar sola.

-A la mierda la puta crisis. A la mierda los banqueros, el INEM y el gobierno. A la mierda el mundo entero. Jodidos van si se creen que van a poder con migo.


De un salto se dirige a la ducha, desnuda como una pantera. El agua caliente, a punto de quemar la espalda. El jabón cremoso que corre por todos los rincones y la música al fondo arrancando un viejo blus demasiado alto para la hora que es, como si la radio lo escupiera porque le molestara dentro, entre pilas, transistores y cables.

Secando su cuerpo lentamente, sabe que la sangre le arde por dentro, la temperatura está subiendo. Aprieta los dientes, los puños y mientras viste el animal que lleva dentro mira al horizonte volviendo a mascullar algo que suena a sentencia.

- A la mierda. Soy una guerrera, y daré la pelea hasta el último instante. Moriré en el puto asfalto si hace falta, pero nadie pasará por encima de mis sueños. No quiero hacerme rica, sólo quiero vivir yo y dejar vivir a los demás.

La guerrera da una patada a un bote de tranquilizantes, jurándose no arrodillarse para tomar ni una más. Se aleja dando un portazo sin mirar hacia atrás, en una de sus manos lleva un periódico con algunas ofertas de trabajos míseros marcadas.

- Me comeré el mundo, y si finalmente el mundo me devora a mí, seguro que se le indigesta. Que se joda.

Una anónima guerrera sale a la calle a buscar entre la nada. Puede que no encuentre más que desolación y respuestas negativas. Pero ha merecido la pena cerrar el puño, plantarse frente a la ventana y jurar ante nadie patear la puta calle. Lo reconfortante y revitalizador de muchas peleas, no es ganarlas, es al menos darlas con todas las fuerzas.


El vecino del 4º


posdata: más allá de los discursos están las personas, más allá de los decretos, las reformas y los créditos bancarios nuestros sueños danzan en la noche helada de este maldito febrero, los buitres financieros afilan sus PDAs...

miércoles, 27 de enero de 2010

La loma sin nombre.-



En la última luna llena se reunieron a escondidas. Eran pocos los últimos amantes de la luna, pocos los que además lo reconocían y pocos los que se atrevieron a quedar juntos para ir a verla. La noche brillaba como si toda la plata del mundo se hubiera vertido sobre aquella loma sin nombre en la que se habían citado. Todos fueron puntuales, llevaban en sus manos una rosa blanca, los ojos vidriosos, en silencio fueron llegando, algunos para pasar el tiempo fumaban mirando al horizonte.


La luna llena presidía un firmamento infinito, como si todas las estrellas se hubieran puesto de acuerdo apenas se las veía.


Llegada la hora, uno de los hombres levantó sus brazos al cielo, con un gesto le brindó su rosa blanca, para a continuación entre sus manos deshacer todas sus hojas y lanzarlas al viento.


Sin más protocolo dirigió unas palabras sin dejar de mirarla.


- Hemos sido tuyos, cada día, cada instante. Hemos permanecido leales y fieles a tí. Sin pedirte nada a cambio, hemos derramado lágrimas, placeres y versos sobre su piel en cada uno de nuestros sueños. Y esta noche venimos a decirte que sabemos que no somos tus elegidos, que no nos tienes en cuenta. Sabemos que andas con otros.


Toda respuesta fue un silencio largo, las hojas blancas de las rosas caídas en el suelo querían elevarse con aquella ligera brisa, como única respuesta, que fue como un toque de queda, tras lo cual. Uno a uno fueron desapareciendo para no volver a verse nunca más.



el vecino del 4º


posdata: ... la luna tiene un amante en cada estrella, y por las noches cuando se cierran todas las tascas estelares, cuando los hombres duermen profundamente hasta el día siguiente con su silueta, ella escucha un viejo blus, golpea con sus nudillos sobre la barandilla de un parque y da un beso increíble al viento que la cabalga con jadeos que silvan como lobo planetario...

domingo, 17 de enero de 2010

Los mares de Argón.-



Me asomo a la ventana, como tantas otras veces, dejo que la vista se escape hacia el horizonte, hacia el infinito, mucho más allá de cualquier sueño reciente. Y comienzo a ver con claridad. Estoy, tal vez, al otro lado de la última luna de una Galaxia que aún no tiene nombre, cerca de los mares de Argón, entre una oscuridad luminosa y un silencio de millones de años sin que nadie perturbe el momento y la vida que sin duda aquí se manifiesta.


El corazón me golpea en el interior como con ganas de salir, la respiración en cambio casi se me ha parado, los ojos como estrellas de cuarzo y cristal, asombrado e inmovil miro con atención. Son dos cuerpos, dos seres vivientes indescriptibles. Una mezcla de los sueños más ocultos y la evolución más extraña.

A lo lejos, mi primera impresión es que están danzando, demasiado rápido, sin movimientos simétricos, con un ritmo desconocido para mí. Al acercarme más, al aclarar la visión, la escena me resulta más primitiva. Están peleando, no puedo creérmelo. Me muevo años luz de mi ciudad gris y encuentro que la pelea es un gen universal y constante. Me restrego las manos sobre los ojos para dejar de ver escena tan dantesca. En la pelea, veo como las manos se aferran al cuerpo del otro, se rasgan, se golpean, se abrazan para aplastar las vísceras, o lo que sea, en su interior. No escucho los quejidos, pero sin duda sus cuerpos y sus rostros se retuercen de dolor.


Un luz cegadora les inunda, y quedan inmóviles. El tiempo se detiene para todos.
No era una pelea, no era un baile, ni tan siquiera un ritual planetario ascestral. Deduzco que estaban haciendo el amor. Una de las criaturas rodea con sus manos el abdomen y con gestos da las gracias a su pareja. Una luz intermitente anuncia que algo está ocurriendo en el interior de su cuerpo. En pocos minutos, ante mi sorpresa y admiración nace una criatura.


Cierro los ojos, agotado de tantas emociones.

Al despertar, compruebo que sigo sentado en mi mecerdora, frente a la ventana, esta mañana de niebla he ido más lejos que otras veces con la cabezadita que he dado.



El vecino del 4º


posdata: tras la niebla el horizonte te puede descubrir más sueños de los esperados...

miércoles, 6 de enero de 2010

mágico, cuarto y camarote???...




Parece que va a ser un día de esos tranquilos, entrañables. Abriré la ventana y entrará ese frío mezcla de niebla, y casi nieve que hace que al respirar vuelva atrás en el tiempo...La ciudad parece haber desaparecido antes mis ojos, y sin embargo se bien que está aquí mismo. La escucho susurrar como todos los días. Con el tiempo creo que nos vamos entendiendo.


Se oyen unos rápidos toques en la puerta, que raro, ya casi nadie usa los nudillos para llamar. Abro la puerta.


-Verá señor, cómo explicarle, somos los Reyes Mayos y los paparazzis no nos dejan tranquilos, no podemos hacer nuestro trabajo. Déjenos entrar en su piso y trataremos de despistarles. A los camellos se los hemos dejado en el descansillo del 3º, vestidos de "Dracscuin", no creo que den con ellos.

-En fin no sé que decir, pasen y acomódense.


Intentaré ponerles un café, un chocolate o algo. Invitados tan inesperados a estas horas de la mañana no es frecuente.


-Oiga señor!!! llaman a la puerta, aprovechando que usted está en la cocina, podemos abrir???.

-Si claro, están en su casa.


Melchor tan amable y servicial como yo lo había imaginado de pequeño. Qué otra cosa podía decirle.


-Buenos días soy Melchor, qué desea?. El señor de la casa está haciéndonos unos chocolates calentitos.

-Pues verá, yo soy el conserje, que vengo a refugiarme en el 4º. El marido de la del 5º se ha enterado que entre su mujer y yo hay algo más que palabras.

-Pase, pase, no tiene que darme explicaciones estamos al tanto, los Reyes Magos lo sabemos todo. Esto se va a poner feo.

-Es Juaquín, el conserje, pero usted siga con los chocolates que nosotros le atenderemos.

-Si claro, ya se lo advertí, estos líos de faldas, más tarde o más temprano, acaban conociéndose. En fin...


-Oiga, vuelven a llamar a la puerta. Qué hacemos?...tardará mucho con los chocolates?...

-Abran, será la señora del 5º que viene pidiendo refugio político. El chocolate se tiene que hacer a fuego lento. Esa es la clave del éxito.


-No se preocupe, usted a lo suyo...Nosotros seguiremos abriendo.


Y así fue, como esta mañana, ante mi asombro y el asombro de los que van llegando, en mi 4º se van juntando una fauna y flora de lo más variopinta. A la señora del 5º, se unen las hermanas gemelas del 3º, que procuran no perderse nunca el curso de las últimas noticias. Dicen los vecinos que tienen más de 80 años, pero ellas dicen no aparentar más de 60...y así lo parece, son una fuente inagotable de información.

Al poco tiempo, llegan con prisas también los hermanos del 2º, han tenido la ocurrencia de sacar los juguetes de toda la familia, antes de que los Reyes acaben la Cabalgata, los gritos se oían desde mi 4º. A nadie le extrañó que acabaran pidiendo auxilio en mi casa.

Después llegó el fontanero, que lleva meses para arreglar una avería, la modista que nunca se había decidio a tomarme medidas para una camisa. Hoy no es el día, pero ella ha insistido.


-Señor, comprendo que usted sea un crápula, tanta gente por aquí, están por todas las habitaciones. Pero yo he venido a hacer mi trabajo, o se está quieto o acabaré pinchandole con un alfiler. Usted sabrá...

-Si, si, usted a lo suyo, procuraré estarme quieto. Hoy está siendo un día un poco movido.


El follón poco a poco iba en aumento. Vinieron los polís, alguien del edificio había llamado. Más tarde los bomberos. Una falsa alarma, una broma típica de algún joven del edificio de enfrente. De repente los Hermanos Marx llegan sin avisar. Entran y salen por todas las habitaciones, firmando autografos y cobrándolos a 5 dólares, el mudo les aconsejaba que suban el precio del autografo, pero nadie le hace caso.

Llegan los bois y unas chicas tremendas y montan un striptease. Es el único momento en que todo el mundo se queda quieto y mirando fijamente a esos pedazos de cuerpos. La policía sigue pidiendo la documentación, nadie lleva DNI, a mí me han fichado al menos cuatro veces, con amenaza de llevarme a la cárcel.


-Amigo, se le va a caer el pelo.

-Ya, ya me doy cuenta, pero no es de ahora...llevo un tiempo, va poco a poco, pero no hay manera de deterner la caída...

-No bromee que esto es muy serio...

-A mi me lo va a decir que soy el que pierde el pelo. Ya voy pensando en una gorrita parisina o algo...


Entran en escena un domador de serpietes, unos enanos del bosque, blancanieves que se está dando el lote con un príncipe con pirsins y tatuajes por todo el cuerpo. Juana de Arco corre desde el salón al WC.


-Esto es la guerra!!!! no pasarán...más madera!!!!!!!...esto es la guerra.


Una marcha de pacifistas, un corro de saltimbamquis, unos mimos, unos siete u ocho payasos. Un desfile de ovejas y uno de cabras. Unos monos que saltan de lámpara en lámpara. Dios mio. Debo estar volviéndome loco, nunca imaginé que en un 4º de tan pocos metros cuadrados cupiera tanta gente.


De repente alguien da un aviso.


- Ehhhhhhh...gente, es la hora.....vámonos...
En tropel, sin dar muchas explicaciones me quedo sólo en unos minutos.
Es la hora mágica en que los Reyes Magos van dejando los deseos que todos han pedido.


Y ahora quién recoge todo esto???. En fin...voy a sentarme frente a mi ventana, respiraré ese frío que entra hasta las entrañas. Ha sido una locura pero muy divertido. Estas cosas no pasan todos los días, afortunadamente.



El Vecino del 4º


posdata: mágico???...cuarto??? o camarote???...quién sabe, de todo un poco...o no???....