domingo, 27 de diciembre de 2009

digame.




-Buenos días, feliz navidad. Quiero trabajo.

-Muy bien, trataremos de ayudarla en lo que podamos.

-Además quiero un buen marido. Y un coche, y una casa grande con ventanas en todas las habitaciones.

-...

-También quiero que las vacaciones siempre me las den en Julio. Un mes completo, y unos días de asuntos propios, y otros cuando a mí me venga bien.

-...

-Quiero además que mis vecinos no me saluden ni se metan en mi vida. Quiero que me toque la lotería en navidad y el sorteo del niño. La bonoloto en primavera y los ciegos para el verano.

-Algo más señora?...

-Sí quiero felicidad y salud porque de lo del dinero ustedes se encargan no???...

-Verá señora, esto es la oficina del INEM, no sé quién le habrá dicho que hacemos milagros. Pero en fín...firme los papeles, aquí, aquí y por último deje copias de la documentación. Ya le llamaremos.

-...No se por qué se pone así. Estamos en navidad, la magia, las estrellas, Papá Noel, los Reyes, los camellos...en fin.

-Muy bien señora, buenos días y feliz navidad. El siguiente. Estamos a punto de cerrar.



el vecino del 4º


posdata: ...yo no quiero na. Na de na. Con poco me conformo. Con mirar desde mi ventana tengo mas que suficiente.

domingo, 20 de diciembre de 2009

El caballero de la luna invisible.-




Cuentan que el Caballero de la Luna Invisible, camina por las noches heladas del invierno eterno. Cabizbajo, furioso, tenso, distante, como si no estuviera en este mundo.

El caballero iba y venía a guerras que su rey le ordenaba. Cortaba cuerpos en dos mitades de un solo golpe, hacía saltar la cabeza de un sarraceno sin pestañear. Sus heridas se curaban de la noche a la mañana, cuando le curaban buscaba cualquier licor para calmar su dolor y de paso saciar su infinita sed.


Una noche de Navidad, miró al cielo, el último de sus combates aún resonaba en sus oídos. La última de sus heridas aún estaba templada. Dicen que una estrella le guiñó un ojo y le reveló un secreto. Jamás volvió a ser visto. Ni en combate, ni en la corte. Ni en la montaña ni en los caminos transitados.


Cuenta la leyenda que amó hasta el infinito a cierta doncella cortesana, quién ocultó al caballero que estaba desposada. La mentira le dolió más que la herida a la que le arrojan vinagre y sal.


En noches de fiesta y guirnaldas, incluso en las ciudades ruidosas y de gran algarabia, si se está atento, cuando más arrecia el frío, cuando el viento helado de madrugada corta los sueños más profundos se puede llegar a escuchar, con extrema claridad, cómo el viejo caballero busca entre las carcajadas de las parejas, de los amantes, de los desposados. Sólo se escuchan los cascos de su caballo, nervioso, alentando fuego y furia.

el vecino del 4º


posdata: el viento en la ciudad circula sin pedir permiso, y bien seguro que tiene su propio lenguaje...una pena que no nos paremos a escuchar...

viernes, 11 de diciembre de 2009

mágica navidad...




Ella mira hacia el horizonte desde su ventana. Con un nudo en la garganta que le aprieta hasta la última vértebra. Se agarra por dentro, desde todas partes para que las lágrimas no salten hacia el infinito. Sus pensamientos van en una sola dirección, rápidos como un rayo.


-menuda mierda de fiestas, tengo ya atragantadas las bolitas, las guirnaldas, los reyes mago y el papá noel de los cojones. El turrón, además de que aún no sé cómo, dónde, cuándo y con qué dinero voy a comprarlo, me está dando ardores de estómago, sin haberlo probado...


Y para colmo...ella sabe que no sólo es eso...los juguetes, los regalos, la familia que quiere verse esos días, más besucona de lo normal.


-tengo yo el cuerpo y los ánimos preparados para el tanga rojo del 31. Fijo. Sin paro, sin crédito, sin que la familia se estire con algunos euros hasta que me pueda organizar. Y para colmo, el cabrón, ni llama, ni ingresa la pensión de la cría. Claro que tampoco debe estar para tirar cohetes.


El aliento sobre el cristal de la ventana le permite tomar un respiro. Sin apenas ganas dibuja un pequeño árbol, con el dedo meñique simula pequeños copos de nieve. Aprieta la mano con rabia y dispuesta a borrarlo todo...


-mamá, mamá...pronto será la navidad, y tendré vacaciones...cuéntame otra vez como el abuelo te contaba historias mágicas esos días, déjame que yo también dibuje en el cristal. Dibujaré un muñeco de nieve pero que sea chica. Y una mamá Noel. Y las reinas magas. Anda cuéntamelo otra vez.

-sí mi amor, hace mucho tiempo, cuando en el mundo no había ni tiendas, ni luz eléctrica, ni todas esas máquinas que parecen monstruos tontos, en navidad, todo era un tiempo de una magía especial...siéntate y te lo cuento todo. Pero antes, déjame que vaya a la cocina a por una infusión.


Necesitaba un aliento para poder seguir hablándole a su único tesoro, esa pequeña de 4 años que mira al mundo con los ojos más abiertos que una luna llena.


el vecino del 4º


posdata: tras el dulce turrón, el pan de cadiz y las guirnaldas hay mucho más o mucho menos, cada uno mira con sus ojos...