martes, 23 de diciembre de 2008

Confundido




No hay prensa esta mañana, no veo coches, ni ruídos estridentes, no parece que la gente que camina por las calles tengan prisas, ni van con bolsas de la compra. No hay radio ni TV tampoco, la única música que escucho es la de sus besos sobre mi mejilla. Parece que el gobierno ha desaparecido, el rey y el ejercito es como si nunca hubieran existido. Vivimos en un mundo perfecto no hay arriba ni abajo, no hay secretos ni mentiras. Nadie muere, nadie mata. No falta de nada, tampoco sobra. Estaré enfermo???...la locura de amor nubla tanto el intelecto???...


-Dímelo amor. Estoy soñando. Estos besos me saben mejor que nunca. Tu sexo es más dulce que todos mis sueños. Dímelo amor, vuelve a pellizcarme. Estoy despierto???. Estoy vivo??? o estoy muerto???...

-No. Es navidad. Un instante para los sueños.




El vecino del 4º


Posdata: podrían convocar manifestaciones y huelgas para que siempre sea navidad en todos los rincones del universo... yo me apunto...felices fiestas...por un universo nuevo!!!!

miércoles, 10 de diciembre de 2008

Un piso más arriba.-




Escuché el sonido de unos nudillos delicados al otro lado de la puerta, incluso como si un aroma familiar quisiera pasar por entre las rendijas. Además su cálida voz no me dejó ninguna otra posibilidad.

- Ábreme, esta mañana me dejé las llaves dentro.

Fue todo lo que escuché, abrí sin darle importancia. Descalzo, el pelo revuelto y un tanto despistado. Toda la casa a oscuras, llevamos unas tres horas sin luz y esto va para largo. Antes de que pueda dar explicaciones sobre la avería ella me dice susurrante al oído.

-Qué miedo he pasado hasta subir por las escaleras. Hacía tiempo que no las usaba. Un miedo animal que ha hecho que la adrenalina se me dispare. Mira toca...

Agarró su mano templada y coló una de las mías por encima de su pantalón.

-Estoy mojada como nunca. Ven.

Comenzó a desnudarse allí mismo en la entrada, la calefacción estaba alta, como a mí me gusta estos días de frío. Comenzó a susurrar, apenas la entendía.

-El olor de las velas que viene del salón me vuelve loca. Bésame.

Allí mismo obedecí sin rechistar. Antes intenté hablar pero uno de sus dedos mojados selló mis labios. Finalmente de rodillas me perdí entre sus piernas, me dejé llevar. Un regalo inesperado. El placer era tan intenso que ambos nos perdimos entre piel y piel.

Instantes antes de llegar al final, cuando sus gemidos eran ya casi un grito secreto entre ambos, vino la luz.

- Cielos, yo???... no sé qué decir, yo iba un piso más arriba. Osea que este no es el 5º???...
- No es el 4º , intenté decírtelo...


Un segundo y cuando todo parecía que iba terminar bruscamente, imaginé que comenzaría a dar gritos, que los vecinos llamarían a la policía... ella, discretamente apagó la lámpara pequeña de la entrada. Antes miró mis ojos de asombro. Volvieron los susurros incomprensibles. Sus caricias, sus uñas, su olor. Se me quedó grabado para la eternidad. Cada vez que enciendo una vela un ligero temblor me recorre la espalda. Nunca más volví a saber de élla.


El vecino del 4º


posdata: no nos vendría mal un apagón mundial de tres horas, más o menos, de paso ahorraríamos ahora que estamos en crisis...no???...