
Te contaré mí último sueño...
-Bien. Te escucho.
Es curioso, me resulta tan real que puede que no sea un sueño. Estoy aquí sentado frente a este río que lleva agua fresca, que corre sin que nada ni nadie perturbe sus aguas. Todo es natural como la vida misma. El único ruido es el agua, el viento y algunos pajarillos que no se qué nombre tienen. Me huele a mundo nuevo. Sin reyes ni plebellos. Sin biblia ni banqueros. No hay banderas en miles de kilómetros a la redonda. No quedan rotondas. No hay buitres del comercio ni piratas del diamante y el acero. Un mundo nuevo. Ni un solo comercio. Ni un solo niño sin sandalias ni hambre. Sin carceles en el suelo ni en el infierno ni en el cielo. Ojo...un mundo nuevo no un paraiso que ya sabemos cómo terminan.
-No sigas. Dejé de escucharte hace tiempo. No es un sueño. Es una paja mental, una mamada política imposible de las tuyas...
Déjame que termine. No hay pobres ni ricos...bueno, espera tenemos en la plaza del pueblo un rico que dice que quiere ser pobre. Que ama más el viento que la plata de sus abuelos...si no hay plata...todos felices entre la nada y la nada...entre los versos y los ecos de los besos...Un mundo sin gobierno. Un mundo nuevo. Un sueño???...
El río se me mete entre la piel y los sentidos, el sol cae sobre sus aguas en el horizonte como un niño que se zambulle en el agua dulce sin miedo alguno. Soy feliz sin saber qué hare dentro de un minuto, tampoco en los próximos mil años.
El vecino del 4º
posdata: habrá un día en que el mundo tendrá más sueños que leyes...ese día la memoría será infinita y los sentimientos tan dulces como la miel de romero...