
Como muchos otros políticos Mariano Rajoy no se entera a tiempo de las cosas que nos pasan a los ciudadanos/as de este país. No se ha enterado que la niña de la que habló apenas hace dos días, esa niña imaginada. Hoy, ya ha crecido. Ya no es tan niña. Ya es toda mujer. Supongo que como muchos otros políticos dirá que se ha enterado, de todos estos detalles, por la prensa cuando le pregunten por ella la próxima vez. Que no la recuerda muy bien, pero que tomará nota.
Esa mujer, la niña de la que habló Rajoy, tiene nombre. Eva, creció en un barrio, entre la honorable chusma del pueblo llano, un barrio abierto, accesible para todos, con apenas parques, con un sólo centro de salud en el que haces largas horas de espera por su nivel de saturación, pero con buenos profesionales, con un colegio cerca de casa que sólo tiene un ordenador que la mayoría de los días no funciona, por culpa de los virus. Creció en un barrio sin metro, sin RENFE. Un barrio que a pesar de sus deficiencias se organiza, tienen ocupada una antigua fábrica, abandonada, donde los jóvenes autogestionan la cultura y la formación. Eva es feliz aunque sueña, como otros muchos, con cosas que le faltan: cultura, educación, sanidad y transporte gratuito. Viviendas dignas y asequibles. Seguridad y ecologismo. Trabajo digno y estable. Sexo libre sin tener que dar explicaciones. Libertad para tener o no tener religiosidad en sus costumbres.
Cuando la amiga de Eva tuvo que abortar con la legalidad vigente, en la mano, fue la primera que acudió en su ayuda. Fue la primera en destacar lo que a la ley de hace falta para ser más justa. Sin radicalismos. Sin falsos discursos.
Eva además ha crecido, a pesar de todo sin complejos, recicla todo lo que a su alcance está. Se masturba a solas y en compañía. Ama sin límites y le apasiona ser fiel, pero acepta que los demás sean lo mismo o lo contrario. Uno de sus lemas preferidos es: Ser Iguales Ser diferentes.
Eva siempre ha vivido alejada de esas familias VIP, esas que adoran vivir en urbanizaciones elitistas a las que no se puede acceder, custodiadas por humanoides con gafas oscuras que te impiden el acceso. Esa gente que desde que nace hasta que muere tiene todo lo que el mercado ofrece, sin límites, sin saber apreciarlo, y en muchas ocasiones sin saber usarlo. Eva no envidia a nadie ni nada.
Eva sueña sin medida. Eva tiene una sonrisa que ilumina su barrio y el barrio de más allá. Abierta de piernas y húmeda no existe pareja que se le resista. Habla del mundo y del universo sin sentenciar. Todo lo duda y siempre encuentra un camino para seguir viviendo. Cuando se sienta a llorar, que a veces también llora, el universo se inunda por momentos. Guarda los secretos como nadie. Jamás traiciona a sus amigos. Sus besos son revolucionarios. Sus manos molinos de vientos que mueven el cuerpo de su amado. La religión para ella es sentarse frente a su gente, hablar de cómo va el día, contar sus sueños, adivinar qué ocurrirá mañana.
Eva tiene tatuajes y piercings en lugares inconcebibles . Acepta que los otros opinen todo lo contrario en lo que ella cree. No levantaría la voz ni miraría, con ojos crispados, ni si quiera a su peor contrincante. Auque tiene carácter, mejor no la provoques. Eva es todo un amor, tierna y dulce, pero luchará hasta el infinito, incansable, por cambiar todo lo que este mundo ha de cambiar, con la fuerza de la palabra, con el manto de la solidaridad, con la entrega y el esfuerzo gratuito de tantas colectividades.
La niña de Rajoy, ha crecido y él aún no se ha enterado de nada. Que alguien se lo diga. A mí no creo que me escuche.