
Va caminando sobre la palma extendida de una de sus manos. Esta vez ha decidido no rendirse, seguirá hasta el final. Se abre ante sus ojos un inmenso y vasto camino pero no desistirá, cruzará cada una de sus líneas del pasado, descansará en el centro del presente y si necesita parar un momento lo hará cerca de la huellas del futuro.
Aguantará la tensión, espera que ella no cierre involuntariamente la mano y ahogue su aventura furtiva. Son esos minutos en que ella reflexiona con los ojos cerrados y las manos abiertas que miran hacia un cielo gris, ajeno a trajín de los humanos.
Lo ha calculado todo y cree que tiene tiempo suficiente.
El tiempo se ha detenido en un contador diferente, la garganta seca por la emoción, sudor y emoción todo mezclado. Ha cruzado sin problemas y se aferra a la piel delicada de la muñeca. Recorrerá su brazo procurando no pisar las venas azuladas. Sin apenas darse cuenta, como en una carrera contrareloj está sobre sus hombros y el mundo sigue inmóvil. Apenas puede escuchar la respiración de ella. A logrado alcanzar su largo cabello, unas lianas entrerizadas que reciben la luz directa de una sol que mira de reojo, a traves de la ventana, como si nada estuviera pasando. A la altura del oido izquierdo él la susurra un secreto. Ahora tiene que comenzar a balancearse como si de una liana se tratara. Ayudado por un golpe de viento del Sur su meta está cerca.
Cierra los ojos y sin pensarlo dos veces salta...un instante infinito con las manos abiertas, salta al vacío desde sus cabellos dorados y cae certeramente sobre sus labios.
- Buenos días amor,sé que no me escuchas, sé que no me sientes. Te doy un beso invisible que te permita afrontar el resto del día.
Ella, como si despertara de un sueño, cierra las manos, comienza a abrir los ojos, con la mano derecha se aparta el cabello de la mejilla, con el dedo índice se repasa el labio inferior como si notara algo diferente. Se levanta y se dirige a tomar una ducha de agua templada. La jornada laboral, sin duda, empezará en breve, suele llegar puntual. No quiere hacer esperar a nadie.
El vecino del 4º: los amantes invisibles, dicen que son como las meigas, no existen pero "haberlos ailos"...