lunes, 9 de enero de 2012

Rastros...


Sus labios y sus manos han dejado un rastro de huellas por todos sitios en mi vieja guarida. Sobre la mesa de cristal de la entrada. Sobre la copa de vino, sobre la del caba, sobre la cubertería de plata de la abuela. Sobre la taza de café sólo sin azucar. Sobre el equipo de música. Sobre la ventana, en la que dibujó un flor y una cara de niña traviesa. Sobre el espejo del baño. Sobre la vieja pluma del abuelo. Aquella que cuenta que se la regaló una amante a la que nadie jamás descubrió.
Ha dejado huellas para el resto del mes, tal vez para el resto de mi vida. Sobre cada una de ellas buscaré uno de sus secretos. Sobre cada una de ellas enterraré uno de mis inconfesables deseos.
En la próxima cita, si es que me llama, me avalanzaré sobre ella antes de que cruce el umbral.
En la próxima cita no habrá rosas, ni música de Hendel, ni incienso indú. Ni leeré poemas improvisados para la ocasión. Ni tampoco arroz integral con miel y arándanos. Sólo sexo y algo de blus.
Si, ha dejado huellas por toda la casa, incluso en mi mente. También me ha dejado unas ganas inmensas, infinitas, indescriptibles de volver a verla.
vecino del 4º
posdata: si supieramos siempre como acertar no habría medallas de oro para todos...sería, también, aburrido...

3 comentarios:

Marcos Callau dijo...

De esos rastros, a veces, también se vive...

Prometeo dijo...

No hay que dejar pasar la ocasion, el autobus si se para hay que cogerlo, no volvera a pasar...buen post para un año nuevo. un abarzo.

El vecino del 4º dijo...

Marcos y Prometeo...mis saludos en este año que vamos abriendo poco a poco...que la vida os trate con tacto...vivid entre las letras y la cotidianeidad...mis mejores deseos para vosotros y los vuestros...

un abrazo...

el vecino del 4º