miércoles, 18 de febrero de 2009

Piso número 48.-




La sala de reuniones estaba repleta. Un ambiente cargadito. Ese día incluso el director permitió que todos fumaran. Incluso los que no fumaban se animaron a dar una caladas. El humo dibujaba sobre la sala extraños dibujos. La tensión y la espera era insufrible. Trajes hechos a medida, todos por encima de los mil euros. Camisas con las iniciales bordadas. Algunos portátiles y móviles de cuarta generación bailaban sobre la mesa larga de madera de roble. El día soleado, un azul eléctrico se veía desde los cristales blindados.
Ahora las cosas en la empresa no iban nada bien. Con los últimos escándalos, era muy posible que el juez estrella pusiera a la sombra a más de uno. En todos los medios comunicación bailaban la lista de nombres encausados y una larga cadena de posibles.

El director llamó, por el teléfono interno, con malos modales al conserje, ese chico para todo que llevaba en la empresa más de treinta años.

-Adrián, cojones, trae esos cafés que tengo a los directivos esperando. Qué coños entiendes cuando te digo yaaaaa...

Antes de dos minutos Adrián entró lentamente. Esta vez no iba cabizbajo. No vaciló un solo instante y sin bajar la cabeza al suelo, antes de que nadie pudiera remediarlo se subió a la mesa de un salto y comenzó a bajarse los pantalones.

- Sois todos un atajo de hijos de puta. Sé que estáis pensando en despedir a gente como yo. Sois unos buitres podridos y corruptos. Pero antes de irme os voy hacer un calvo por los años que me habéis hecho pasar en este antro. Que sepáis que cada vez que traía café para todos me rascaba los huevos antes de entrar, que muchas veces he escupido sobre vuestros cafés. Y que la mayoría de cruasanes que os habéis comido en esta sala antes pasaron por mis posaderas.

Las caras de horror eran indescriptibles. Antes de que llamaran a seguridad terminó tajantemente.

-Por último y para vuestra desgracia, me voy para siempre. A mi mujer le ha tocado la bonoloto. Estoy podrido de dinero. No os molestéis en indicarme por dónde está la salida.

El móvil del jefe sonó con un sonido ridículo, comenzó a moverse sobre la mesa como una cucaracha negra. Todos sabían que era su amante. Nadie se atrevió a moverse. Adrián por último, antes de salir ya de espaldas, dejó caer.

-Por cierto, coge el teléfono, no la hagas esperar, es tu amante, ella te la pega con casi todos tus jefecillos, esos mismos que ahora te miran con cara de corderitos degollados, se ve que sólo sabes joder al personal porque lo que es follar, por lo que cuenta la chica, nada de nada. Y por último, no me toquéis más la moral, si el juez me llama contaré todo lo que he escuchado en los últimos años. Estamos????...


Ni a Adrián ni a su mujer les había tocado la bonoloto ni la lotería. Antes de entrar ya sabía que su finiquito estaba sobre la mesa del jefe, junto con otra docena más. Por su edad, también sabía que se iría al paro, acabaría dando de comer trocitos de pan en el parque a las palomas y los gorriones y hablando con los demás pensionistas. Pero salió por la puerta grande, con la frente alta, no le temblaron las piernas y respiraba tranquilo. El sabor de su sáliba seguía siendo a miel y romero de una dulce derrota. Ahora sólo pensaba en llegar a su casa para hablar con María.


El vecino del 4º


posdata: el pez pequeño aveces puede asustar al grande, no se lo come, pero es divertido ver la cara que pone...

6 comentarios:

Amaya Martín dijo...

Es la ostia si!
tu relato y la reacción del chaval..Algo asi tengo yo pensado cuando me toque la bonoloto..o se inflen en exceso las narices..
Me ha encantado!!
me voy con una sonrisa de oreja a oreja...Besosss

Malvaloca dijo...

Vaya coincidencias.... pues yo siempre he pensado que si me toca la primi me subo a mi mesa, zapateo y digo: ¿se me nota algo?.

Respecto al tema del post... los peces chicos tienen mas fácil su supervivencia que los grandes porque necesitan mucho menos.

Que todos conocemos el refrán: "No es rico el que más tiene sino el que menos necesita". Y la dignidad no tiene precio en euros (afortunadamente).

Besitos

El vecino del 4º dijo...

hola, hola, nunca he hecho esto, es decir, colgar un texto y al día siguiente...jejejjejeje... cambiar el final... pero lo pedía el texto...no???... ustedes me dirán...ahora creo que está cerrado definitivamente...

Gracias Amaya y Malvaloca, vuestras palabras son siempre alimento para la fantasía...

el vecino del 4º

indya dijo...

jajajajajaj que bueno¡, pero es una historia muy lejos de la realidad, porque últimamente, lo que se lleva , es que los peces chicos se coman entre ellos.

Besitosssss y Besukiss

Malvaloca dijo...

Jajajaja, en fín Vecino, digamos que ahora el final es más real... aunque qué quieres que te diga con el otro también estaba cerrado el texto y a mí me hacía ilusión que el pobre Adrián, además de salir por la puerta grande, se fuese vestido de grana y oro.

Pero claro, ese es el cuento de la lechera que nos montamos los pobres.

¡Muy buena tu jugarreta!

Besitos

Amaya Martín dijo...

Me gustan las dos variedades..., pero la primera es un sueño!!..aunque pensándolo mejor..eso de hacer el corte de manga por dignidad y con los bolsillos "boca-abajo" tampoco está nada mal...Besos