jueves, 26 de febrero de 2009

Real o imaginario.-





Había buscado un ángel como ella cientos de veces sin encontrar nada de lo que había imaginado en tantas ocasiones. Allí mismo la tenía, a merced de mis manos, de mis deseos, semidesnuda, ofreciéndome todo cuanto un animal en celo sueña para esos momentos.
Su cuerpo dulce como el almíbar, tenso y terso, retorciéndose de placer incontrolado. Sus ojos cerrados pero, al mismo tiempo, bien abiertos a sensaciones y deseos. Sus manos arañando la noche. Sobre la alfombra, enredada entre cojines suaves y de colores delicados, la chimenea encendida, acompañando sobre el fuego de nuestros fuegos con su propio fuego. Siempre he sabido que cuando la madera arde, más cosas comienzan a tomar temperatura. Allí estaba tumbado junto a ella, lamiendo, arrebatadamente, cada centímetro como si todo fuera a terminar en un instante y con el deseo de que fuera eterno. Ella, abierta y entreabierta, dejándose llevar y sacando de los sueños las fantasías más secretas “sólo para ti”, repetía una y otra vez, como una dulce canción que se entremezclaba con la música celta que sonaba con ritmo acelerador desde el fondo.
El sudor, mezcla del fuego y del fuego y de la pasión desbordada, corría por todos sus poros, confundiéndose con sus propios jugos que dulces y afrutados se me posaban sobre mis manos que buscaban en ella más y más por todos los rincones. Ahora mordía, ahora besaba, ahora arañaba como animal frente a su madriguera, con ganas al mismo tiempo de entrar para quedarse siempre allí, y por otro lado con deseos de seguir buscando en el exterior un infinito arco iris de sensaciones y placeres. Hasta ahora se había dejado llevar, desde que entró en mi 4º piso, desde antes de la cena, ya en los postres se había dejado llevar, melosa, dulce, incluso tímida, con ese aire de niña buena y sumisa. Siempre tumbada, expectante a cada movimiento mío, estirándose y encogiéndose de placer, hasta que decidió cambiar el rumbo de la noche de lujuria y desenfreno. Ahora fue ella la que de un salto decidió despojarse de la poca ropa que aún le quedaba, con ojos felinos, cuerpo de ángel y deseos infernales, me anudó un pañuelo a los ojos y dejé de ver para sentir más profundamente que lo imaginado en mis mejores momentos.
Fue arrojando cada prenda que me arrebataba sin control, desgarrando, rompiendo, fue dejándome sin nada, a su merced. Sus labios ardían, sus gemidos llegaban a la luna que había dibujada sobre el rincón de la pared. Incluso me pareció que la vecina cursi, una vez más aporreaba la pared de su salón. Pero nada le importó. Su boca me tragó entero, como si fuera a vivir para siempre entre sus labios, no dejó nada sin investigar, noté que ella apenas podía respirar pero no podía parar. Antes de que mi cuerpo saltara por los aires, noté la fuerza de sus manos sobre mi pecho, se sentó sobre mí y marcó un ritmo trepidante como si el mundo fuera a terminar en ese mismo instante.

- Entra en mi cuerpo, sé que estás pensando que ojalá fuera para siempre, que ojalá dure mil años. Entra y vierte tus fantasías. No importa lo que aguantes. Ahora déjate llevar. En este primer asalto tú eres el protagonista. Después tomarás fuerzas y yo seré la princesa. Vamos cabalgo sobre ti hacía el mejor de tus sueños.

Su voz se extendía sobre la habitación de mi piso con un eco fuerte y apasionado. Me dejé llevar y al poco tiempo la sensación de placer explosionó como si un nuevo universo naciera en ese instante. Sus labios se acercaron sobre mis oídos.
- Tranquilo, descansa un instante. Esto sólo ha comenzado.

El eco me alejó hacia el horizonte, con esa sensación de placer y distancia, con ese sueño dulce que te arropa entre el mar del placer y las fantasías nocturnas. Acunándote como un infante saciado y saciado.
Al despertarme, al día siguiente, acurrucado, sobre mi almohada, como un niño perdido en un bosque desconocido, comprendí que una vez más esa musa invisible me había vuelto dejar escrito sobre el aire del salón mi próximo relato. Un sabor a miel, menta y canela sobre mis labios, y un olor intenso a placer en el ambiente.-



El vecino del 4º



posdata: sobre el placer cabalgan los secretos que buscan nuevos amantes para descubrirles nuevos mundos, en rincones alejados...ahhhh... siiiiiii...


13 comentarios:

Amaya Martín dijo...

uff!..sin palabras, o mejor con ellas: sensual,mágico, apasionado..y sencillamente genial
Me he puesto medio "malita" y no empezó el día jeje..
Me rindo Maestro,mi humilde relato quedó para las Rebajas..
y estoy encantada por eso..
Felicidades..y mil besos de luna, menta, canela y miel

Anónimo dijo...

precioso relato. romántico, apasionado, dulce..uf!! transmite mucho.
saludos.

Unknown dijo...

Erotismo elegante, elegantísimo. Enhorabuena, amigo.

Gab dijo...

Un placer leerte cada vez, vecino, encendes.. y apagas cuanto te ven.. Genial.. y sutil...

El vecino del 4º dijo...

Vuestras palabras, Amaya, Davinia, María A. y Lady K, sin que son un auténtico placer, llegan como la primavera con fuerza y con brío...animan siempre, son sinceras...en fin...gracias y lunas para todos/as...un placer que inunden mi 4º con su presencia...eternamente agradecido y suyo...

su Vecino del 4º

Malvaloca dijo...

Querido Vecino, ¡eres la leche!. Como siempre, un relato genial que por una vez me alegra no tener que decirte que me da envidia.

Ya era hora de que nos sincronizáramos, jajajaja.

Muchos besitos, ¡artista!

El vecino del 4º dijo...

muchas gracias a tí mi malva y loca ...jejjejejje...sin reacciones como la tuya no habría textos como los míos...jejejjejje...

muas-muas

el vecino del 4º

Anónimo dijo...

Ya de vuelta y recuperando de una intervencion, me quedaran un par de meses de resposo antes de hacer vida normal...por aqui ya andaremos y seguiremos ene sta senda....relato de fantasia y bello como un poema...un abarzo.

El vecino del 4º dijo...

toda mi buena onda y energía para tí, recuperate hermanobloguero...

saludos...
tu vecino del 4º

maria dijo...

Exquisito.
Sensual y ardiente. Sentí el fuego del ambiente y de la hoguera.
la mejor combinacion la de la pasion, lujuria y lascivia.
Besos

Amaya Martín dijo...

..te dejo besos aquí, reales e imaginarios

Malena dijo...

Amaya te dice que su relato quedó muy humilde. Entonces...¿qué diré yo de mi últimos post? Bueno, en mi defensa tengo que decir que a mí me dejó una rosa :)

Sigues escribiendo cautivando y siendo envidiado por tus vecinos.

Es un placer que vengas a visitarme, Vecino. Siempre serás bien recibido.

Un beso enorme.

El vecino del 4º dijo...

mil besos Malena, un placer verte por este humilde rincón perdido.

tu vecino del 4º