domingo, 17 de enero de 2010

Los mares de Argón.-



Me asomo a la ventana, como tantas otras veces, dejo que la vista se escape hacia el horizonte, hacia el infinito, mucho más allá de cualquier sueño reciente. Y comienzo a ver con claridad. Estoy, tal vez, al otro lado de la última luna de una Galaxia que aún no tiene nombre, cerca de los mares de Argón, entre una oscuridad luminosa y un silencio de millones de años sin que nadie perturbe el momento y la vida que sin duda aquí se manifiesta.


El corazón me golpea en el interior como con ganas de salir, la respiración en cambio casi se me ha parado, los ojos como estrellas de cuarzo y cristal, asombrado e inmovil miro con atención. Son dos cuerpos, dos seres vivientes indescriptibles. Una mezcla de los sueños más ocultos y la evolución más extraña.

A lo lejos, mi primera impresión es que están danzando, demasiado rápido, sin movimientos simétricos, con un ritmo desconocido para mí. Al acercarme más, al aclarar la visión, la escena me resulta más primitiva. Están peleando, no puedo creérmelo. Me muevo años luz de mi ciudad gris y encuentro que la pelea es un gen universal y constante. Me restrego las manos sobre los ojos para dejar de ver escena tan dantesca. En la pelea, veo como las manos se aferran al cuerpo del otro, se rasgan, se golpean, se abrazan para aplastar las vísceras, o lo que sea, en su interior. No escucho los quejidos, pero sin duda sus cuerpos y sus rostros se retuercen de dolor.


Un luz cegadora les inunda, y quedan inmóviles. El tiempo se detiene para todos.
No era una pelea, no era un baile, ni tan siquiera un ritual planetario ascestral. Deduzco que estaban haciendo el amor. Una de las criaturas rodea con sus manos el abdomen y con gestos da las gracias a su pareja. Una luz intermitente anuncia que algo está ocurriendo en el interior de su cuerpo. En pocos minutos, ante mi sorpresa y admiración nace una criatura.


Cierro los ojos, agotado de tantas emociones.

Al despertar, compruebo que sigo sentado en mi mecerdora, frente a la ventana, esta mañana de niebla he ido más lejos que otras veces con la cabezadita que he dado.



El vecino del 4º


posdata: tras la niebla el horizonte te puede descubrir más sueños de los esperados...

9 comentarios:

Prometeo dijo...

Bueno, bueno, bueno, nos has salido a lo Simak y su CF erotica y siempre lasciva...un fuerte abarzo y cuidado con los sueños.

Malena dijo...

Mi querido Vecino: Es hermoso dejarse adormecer y vivir en otra dimensión escenas que nos atraen y conmueven.

Te he seguido en tu sueño.

Mil besos y mil rosas.

El vecino del 4º dijo...

Prometeo y Malena...un placer compartir visiones...como siempre dais luz a este rincón...palabras sinceras que llegan...

besos-besos

vuestro vecino del 4º

Amaya Martín dijo...

Otra dimensión.., con distinta apariencia, y una misma realidad de fondo..

Ciertamente..,es el amor lo que mueve este mundo..y cualquier otro.

Besos

Azpeitia poeta y escritor dijo...

He leido los dos post últimos tuyos, y en ellos domina tu mundo onírico, a través del cual dejas entrever ese subconsciente que todos tenemos y sale a flote en él. Claro que no de forma expresa y evidente, sino a veces disfrazado de formas y aspectos variopintos...La forma y el modo de pasarlos a la palabra escrita, denotan un espíritu analítico en un caso y en otro un fino humor...enhorabuena por tu blog...azpeitia

El vecino del 4º dijo...

Amaya y Azpeitia, como siempre llegais dando, os quedais sin importunar y además vuestras palabras endulzan y saben bien...

gracias-gracias
besos-besos

el vecino del 4º

Mar dijo...

Siempre me han gustado los sueños, sabes que son mi debilidad. Gracias por compartirlos y regalarlos como ya has hecho en otras ocasiones, besos desde la cara oculta de otro de tus sueños.

El vecino del 4º dijo...

Mar, un placer, efectivamente, compartir sueños tiene un encanto especial...se trata de eso...gracias además por estas visitas que se saben muy bien...

besos-besos

el vecino del 4º

Amaya Martín dijo...

En mares de Argón nadan los sueños...y nacen las palabras..

Besos