viernes, 10 de diciembre de 2010

Festín real...



Cada vez que abría la botella para saciar su sed, la hija menor del monarca, de inmesos ojos azules, como los sueños del Rey Dar, su padre, la estancia se inundaba de un olor a mil rosas, además nacía del fondo del agua del recipiente un infinito ejército de libélulas vestidas como bailarinas del circo ruso. Que danzaban como posesas por toda la estancia. Sin más.

Un pánico irracional o una precavida austucia la retenía en lo más íntimo, de tal manera que no bebía aunque la sed fuera máxima. Dejaba la botella, tapada con un corcho, sobre la ventana, mirando al Sur. En lo alto del castillo aquella estancia apenas era visitada. Aguantaba sus ganas hasta la cena donde, discretamente, procuraba beber lo suficiente hasta el siguiente día.


Un día de abril, el padre visitó a su hija, el sol, las escaleras y la edad en el monarca se acusaron, todas las circunstancias a la vez. Al entrar, resoplando, apenas pudo decir.


- qué bien hija beberé agua, antes de contarte un secreto.


No tuvo tiempo de dar explicaciones a su padre. En unos instantes el olor a rosas se multiplicó, en comparación a otras veces. Las libélulas crecieron más que en otras ocasiones y vieron en aquel monarca el fecundador perfecto. En un abrir y cerrar de ojos, precipitadamente, sin orden ni concierto, muchas copularon con el rey, una de ellas decidió que era hora de devorar la presa. De terminar con la fiesta de sexo y engendro.


Cuando a la princesa le preguntaron, una y mil veces, dónde está el rey. La hija no supo qué contestar.

Cuenta la leyenda que aquel fué el último día en que cerró sus ojos y jamás volvío a abrirlos.


Vecino del 4º


posdata: en las pesadillas anidan miedos ascestrales que se transportan en el tiempo de un lado a otro, a veces sin sentido...

6 comentarios:

Amaya Martín dijo...

No sé si esta noche podré o no cerrar los ojos..,nunca me gustaron las libélulas. No puedo decir lo mismo de tu ingenio, abierto e infinito, como un cielo de verano

Besos y abrazos

Lu dijo...

Pues a mí las libélulas me gustan...

Tendré cuidado con la de la entrada de mi blog, de todas formas, no vaya a ser.

Un besazo, vecino!

Marcos Callau dijo...

Muy bueno. Muy original y algo surrealista... como los sueños o esas pesadillas que nombras. Una pena que la princesa cerrara sus ojos para siempre. Un saludo.

Prometeo dijo...

Hermosa histoira, llena de sensualidad y surrealismo y...¡zoofilia!...¿donde estamos amigo?...un fuerte abrazo.

Prometeo dijo...

Con mis mejores deseos:
Paz
Unión
Alegrías
Esperanzas
Amor Éxitos
Realizaciones Luz
Respeto Armonía
Salud Solidaridad
Felicidad Humildad
Confraternización Pureza
Amistad Sabiduria Perdón
Igualdad Libertad Buena suerte
Sinceridad Estima Fraternidad
Equilíbrio Dignidad Benevolencia
Fé Bondad Paciencia Gratitud
Fuerza
Tenacidad Prosperidad Reconocimiento

HOY TE ENVIO UN GRAN ABRAZO...


“Acepta este abrazo.
Que no me has pedido.
Que no esperabas.
Que quizás no necesites.
Pero, que a mí me gustó enviártelo
con todo mi cariño y buenos deseos“.

FELICES FIESTAS Y UN GRAN AÑO 2011.

El vecino del 4º dijo...

recibido Prometeo, muchas gracias...te deseo lo mejor para tí, para los tuyos y para el universo...

el vecino del 4º