jueves, 1 de diciembre de 2011

Doble cita a ciegas.


En la Puerta del Sol, en Madrid, Paco vende todos los días cupones de la ONCE, es ciego de nacimiento pero se imagina, a su manera, este mundo. Habla de colores, calidez de los sonidos, siluetas de los cuerpos y los rostros con tanta precisión que diría que ve, en muchas ocasiones, incluso con mayor claridad que cualquier vidente.
Lleva meses vendiéndole el mismo número, terminado en siete, a una mujer muy especial.
La primera vez Paco imaginó que ella se acercó por casualidad.
-Bárbara!!!...vamos que el taxi está aquí.
-Que espere.
Fue lo único que salió de su boca y no volvieron a meterle más prisa.
Lo recuerda con tanta claridad como si fuera aquel instante. Ella se marchó. Al recoger las vueltas y el billete un ligero roce de manos provocó algo entre ambos. Paco además quedó impactado por una fragancia muy especial.
Al séptimo mes, ella le dejó una tarjeta, gravada en braile, con su teléfono. Seguía oliendo como el primer día, y cada vez que sus manos, apenas se tocan, el cielo se abre entre ambos. Paco la imagina bella como un ángel, con los ojos azules como el cielo. Y siente que ella le mira fijamente en esos instante cada vez que le compra un billete.
-Esta noche cenamos. A las nueve vendrá el coche a recogerte mi chofer. No admito un no por respuesta. Déjate llevar.
Paco tragó saliva, aceptó sin decir ni una palabra de más. Por dentro, mariposas con los ojos tapados con medias de seda le volaron hasta la garganta.
La plaza, alumbrada con un Sol de otoño y un bullir de gentes que van, vienen y esperan a otros tanto. Fue testigo silenciosa. El coche que llevaba a Bárbara desapareció entre el bullicio de autobuses, los claxones de los taxis y las motocicletas de escape fácil.
-Señora???...por qué no le ha dicho aún que usted también es invidente.
-Soy ciega, como Paco. Y no le he dicho nada porque es nuestra primera cita. Será una doble cita a ciegas. Sebastián te tengo dicho, que con el tiempo ya eres mi amigo, casi de la familia, pero hay cosas que prefiero no discutir contigo. Esta noche será inolvidable. Lo presiento.
El vecino del 4º
posdata: Sin ver se ve todo, viéndolo, a veces, no parece verse nada...

7 comentarios:

Anónimo dijo...

buenas...he entrado a ciegas y me voy de incógnito...jajajjajajjaja...

Marcos Callau dijo...

Seguro que es inolvidable. Los invidentes perciben este mundo de sensaciones y sentimientos de una manera mucho mas intensa. Saludos

Prometeo dijo...

Una delicia a ciegas...un fuerte abrazo a ciegas, tambien...

El vecino del 4º dijo...

Marcos y Prometeo...como siempre os pasais por la casa, dejais vuestros comentarios y vuestros ánimos...un placer compartir letras con ustedes...

un abrazo

el vecino del 4º

La gata Roma dijo...

Bellísimo. A veces necesitamos otros ojos que nos enseñen a mirar, y no hablo literalmente.

Kisses

El vecino del 4º dijo...

los ojos...así es...sería interesante que se puedan intercambiar...la manera de mirar...en fin... todo un mundo de posibilidades ver por otros ojos...

kisseessss mil...

el vecino del 4º

El vecino del 4º dijo...

los ojos...así es...sería interesante que se puedan intercambiar...la manera de mirar...en fin... todo un mundo de posibilidades ver por otros ojos...

kisseessss mil...

el vecino del 4º