miércoles, 4 de noviembre de 2009

un instante...




A su mujer le dijo que el día sería terrible. Una reunión encadenada a otra, tal vez incluso tendría problemas para comer. Llegaría tarde o muy tarde.


A su amante le contó que su mujer estaba en guardia y que no podría quedar con ella. Que sería conveniente dejar pasar un tiempo.


A la nueva chica de la oficina, esa jovencita que intenta disputar el lugar con su amante, le contó que tenía que ir al dentista y que no podría pararse a tomar un café a la salida del trabajo. Que mejor otro día.


A sus amigotes les contó que no podría quedar para las cervezas y la partidita, que tenía averiada la caldera de la casa y que el técnico llegaba a la tarde. No se fiaba y no quería que le engañaran en la factura. Eso lo entendieron sus amigos. La cosa no está para tirar el dinero.

A su hijo le prometió que al día siguiente irían a la piscina. Unos largos, unos de brazas, de espalda, unas risas...en fin...


Al conserje, le cambió la reunión prevista para revisar los presupuestos del edificio, mejor la siguiente semana.

Aquella tarde, el tipo acabó teniendo un tiempo para sí, para nada. Para ver cómo comían las palomas pedazos de pan duro. Aquella tarde miró al horizonte, sin prisas, sin tener que dar más explicaciones. Un instante de tiempo para no tener que seguir mintiendo a nadie. Desconectó el móvil, fumó sin mirar el reloj. El estanque de patos parecía un espejo donde pudo ver pasar su vida entre el murmullo de los paseantes y los timbres de las bicicletas.


El vecino del 4º

posdata: las mentiras acaban contruyendo escaleras con peldaños en los que se tropieza sin poder evitarlo...

13 comentarios:

TaniT dijo...

Todos necesitamos momentos como ese. Sólo nosotros. Sin horarios. Sin obligaciones.
Y lo bien que sientan cuando por fin podemos disfrutar de ellos...

Amaya Martín dijo...

No cabe más comentario, ni menos tampoco que el de mi publicación hoy...
..Además? bueno, un relato genial, en tu "línea", con una redacción exquisita

Mil besos Vecino

Paco Lainez dijo...

Todos deberíamos gozar por decreto de un tiempo mínimo para uso y disfrute de una cierta soledad temporal, no prefijada sino elegida.

Claro que como decía un amigo mío," Joder, la de langostinos que tengo que comerme para llevar los garbanzos a casa"

Al final esa casa como te descuides acaba por devorarte.

Yo soy un afortunado con muuuuucho tiempo libre para mirarme el ombligo( sin jubilarme aún, eh, aunque eso sí pronto).

Saludos desde El Bierzo

El vecino del 4º dijo...

TaniT: estamos de acuerdo, lo bien que sienta ese tiempo de nadie...

amaya: tus comentarios tb son muy exquisitos sin duda, como tú...

Salvochea: me apunto, RD/289 de 5 de Noviembre de 2009. Queda aprobado, que cada individuo tiene un tiempos estipulado y por las razones que se reflejan en dicho decreto desde el mismo momento que entra en vigor el presente decreto, que habrá de ser publicado en cada una de nuestras memorias...en fin...

un placer recibir vuestras visitas, que sin duda surgen de vuestro tiempo, todo un detalle inmenso...

vuestro vecino del 4º

maria dijo...

Sinceramente vecino, me ha encantado este texto. Desde el tercer párrafo me imaginaba que el personaje sólo quería un tiempo para él pero me ha parecido dulce y tierno el vocabulario con el que lo has descrito, es cálido y frío, lento y rápido, tiene tantas antagonías para describir la contaniedad que me ha fascinado. Simplemente perfecto.

Un beso

Sandra Gutiérrez Alvez dijo...

tu relato me trae a la memoria una historia real que conozco...
triste pero real...
en fin, cada uno se cava su propia tumba, al final paró su escalera de mentiras y vivió su "realidad" de ese momento.

te dejo un beso.

Mar dijo...

La vida está llena de pequeños instantes, lástima que no siempre sea fácil conseguirlos. Un beso desde la cara oculta de la luna.

Azpeitia poeta y escritor dijo...

El relato es genial, tiene garra y la realidad misma del mundo que nos hemos construido, donde la mentira, como dices de tu escalera, acabarán hundiéndose y arrastrándonos a todos...un abrazo de azpeitia

Prometeo dijo...

Si ya lo dice la filosofia popular, la mentira engendra mentiras y es mas facil coger a un mentirosa que a un cojo....buena historia que no amrca como nos vamos metiendo en ese pozo sin fondo de compromisos y nos quedamos sin tiempo y sin saber realmnet quien somos y que queremos...un abarzo.

El vecino del 4º dijo...

Aïcha, un placer que te ha gustado.Gracias por tus visitas constantes y continuadas. Besines...

Sandra, creo que eres nueva por el 4º...recibo tu beso...me alegro de verte por aki...muasss...

Mar????...eres tu...está claro...me alegra verte por aki...mil besos de luna...un placer saber que sigues al otro lado de la luna...muasssss...

Azpeitia...gracias por tus comentarios...espero que podamos seguir evitando caer atrapados entre mentiras y malos rollitos...la poesía y la prosa suele ser un lugar de fantasía que nos refugia de muchas cosas...

Un abrazo amigo, seguimos en el 4º buscando caminos nuevos...con vuestras idas y venidas en más fácil...

Inés dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
Inés dijo...

Te felicito por tu forma de escribir, me gustó mucho el relato y el mensaje, sabes como mantener al lector leyendo de principio a fin.

Un abrazo y hasta pronto,
Inés

El vecino del 4º dijo...

Gracias Ines, más vale tarde que nunca...gracias por el comentario y por la visita...dale recuerdos a amayita...


besos-besos

el vecino del 4º